Según el Gobierno, en tres años se podrán resolver todos los problemas de viabilidad en el país. Por otra parte, y empezando por el primer mandatario, se nos dice los problemas de abastecimiento de energía eléctrica estarían resueltos totalmente en alrededor de cinco años. Además, nuestra educación en poco tiempo sería envidiable, luego de aprobados los proyectos de ley y reformas presentados al parlamento por el Ejecutivo.
Tendremos al doblar de la esquina una minería pujante y, al mismo tiempo, absolutamente respetuosa con la naturaleza. Igualmente, en muy poco tiempo el país se verá liberado del peso de la deuda externa que heredó de los gobiernos anteriores al de Alianza PAIS, pese al endeudamiento que se nos viene encima con el BIB, Venezuela, China, CAF y Rusia, entre otros.
El Estado asumirá cada vez mayores competencias y la revolución ciudadana demostrará ante el mundo que las empresas públicas son capaces de brindar mejores productos y servicios que las privadas.
Y también que el SRI logrará superar todas sus expectativas de recaudación de impuestos, en particular cuando se aprueben las nuevas reformas tributarias propuestas.
Este abundante triunfalismo verbal pretende convencernos de que nunca hubo un Ecuador mejor, mejor Presidente ni mejor Gobierno que los de ahora. Sin embargo, a la hora de los hechos parece que hay algún resorte que no funciona o algún engranaje que se traba, porque poco a poco se descubre que muchos de esos discursos y gestos teatrales carecen de sustento real. Pero a algunos les gusta la pompa y, lo peor, la disfrutan.
Si (
No(
