La sexta extensión de las preferencias arancelarias andinas para el Ecuador termina el 31 de diciembre. Con la ATPDEA, se han beneficiado numerosos productos nacionales en el mercado estadounidense, sobre todo bienes no tradicionales que, sin ella, no serían competitivos frente a los productos similares de los países.
En realidad, la incertidumbre que se genera con cada conclusión del plazo de las preferencias solo se desvanecerá cuando el Ecuador cuente con un acuerdo comercial con los Estados Unidos. Así, el trato arancelario se regulará por la negociación recíproca y no será una decisión unilateral de los Estados Unidos como reconocimiento a los esfuerzos de los países andinos por la lucha contra el narcotráfico.
Los días pasados, se desarrolló en Washington una etapa más del diálogo del Ecuador con los Estados Unidos para examinar los temas de la agenda común, entre ellos, el comercial. Aunque el canciller negó que se hubiera solicitado otra extensión de la ATPDEA, semanas atrás, la ministra Coordinadora de la Producción, Nataly Celi, y una delegación oficial y representantes del sector privado se reunieron con representantes del Senado y del Gobierno estadounidenses por el tema de las preferencias.
Por otro lado, se ha anunciado también que el Ecuador busca un "acuerdo comercial para el desarrollo" con los Estados Unidos; sin embargo, parecen aún lejanas las posibilidades de dar pasos concretos con ese objetivo. Por ello, resulta tanto más importante conseguir una prórroga de la ATPDEA de más largo plazo. El Perú cuenta con un TLC vigente con los Estados Unidos y, por consiguiente, tiene resuelto en ese mercado el tema arancelario; para Colombia, en un dilatado proceso de aprobación de su TLC con los EEUU, son aún necesarias las preferencias, y con mayor razón para el Ecuador, que ha enunciado con los EEUU solo como una aspiración el acuerdo comercial para el desarrollo.