Cualquiera con un conocimiento básico sobre la Historia que une y desune a Chile y Perú sabe que tras la Guerra del Pacífico (1879- 1884), que enfrentó a ambos países y Bolivia, Tarapacá fue uno de los territorios peruanos que quedó en manos chilenas tras salir victorioso en los enfrentamientos.
Esto ha sido tomado por el Gobierno peruano como una provocación debido a las características y el nombre de la operación. Se habla de una invasión de un país del norte (¿cuál otro sino Perú?) en un entorno en el cual Perú podría acceder a espacios marítimos hoy bajo dominio chileno si así lo dispone la Corte Internacional de La Haya.
A pesar de no tener relaciones diplomáticas vigentes, el ministro de Defensa boliviano, Walter San Miguel, se reunió en Santiago con el cancller chileno Mariano Fernández y se informó que Bolivia participará como observador en el ejercicio militar.
El gobierno de Alan García había rechazado una invitación similar, por considerarla inoportuna.