La UCI considera "las acusaciones de la AFLD totalmente infundadas y algo muy serio" en un comunicado emitido por su consejo de administración.Asimismo, la UCI indicó en su comunicado que "el criterio adoptado por el presidente de la AFLD, Pierre Bordry, y sus colaboradores de realizar un informe unilateral es totalmente inaceptable", ya que ambas instituciones habían convenido un "programa conjunto para realizar controles durante el Tour".
La UCI afirma haber respetado "de manera escrupulosa las obligaciones impuestas por el Código Mundial de Lucha contra el dopaje", y añade que la igualdad de trato entre los ciclistas y equipos "está estrictamente garantizada, las condiciones de los controles" son totalmente compatibles con las normas vigentes "y las políticas de retención han sido cumplidas rigurosamente".
Ante la duda expresada por la AFLD, la UCI había realizado una investigación sobre el tratamiento concedido a Astana y ha concluido que este equipo "nunca fue favorecido" durante el Tour, según explica la UCI.
En cuanto al Astana, explica mediante su portavoz, Philippe Maertens, que el equipo siempre hizo caso a la UCI. "El equipo de siempre hacía lo que los controladores le decían. Si la AFLD tiene cualquier pregunta sobre los métodos de los trabajadores, mejor que se pongan en contacto con ellos".