Para el internacionalista uruguayo Héctor Gros Espiell “Una Zona de Paz es una región geográfica en que los Estados que se incluyen en ella, habida cuenta de las características de la región, reafirman su compromiso de no recurrir al empleo de la fuerza para resolver los conflictos que puedan existir, de acuerdo con los principios de la Carta de la ONU y el Derecho Internacional actual en que se conviene en desacelerar la carrera armamentista, en que se prohíbe el uso bélico de la energía nuclear y de otras armas de destrucción masiva y en que las potencias externas a la región se comprometen a no servirse de esa zona para sus objetivos bélicos o armamentistas, de manera directa o indirecta, en especial mediante la eliminación de las bases militares y de toda otra actividad que signifique una presencia armada permanente”.
Hasta hoy la Asamblea General de la ONU ha creado dos Zonas de Paz:
Zona de Paz del Océano Indico, mediante resolución 2832 (XXVI), del 16 de diciembre de 1971, la misma que no ha logrado resultados positivos ya que no ha sido capaz de asegurar ni promover la paz en dicha región, ya que han proliferado las bases militares extranjeras y las actividades bélicas.
Mediante resolución 41/11 del 6 de Diciembre de 1986, la ONU crea la Zona de Paz y de Cooperación en el Atlántico Sur. Esta cooperación regional debe ser dirigida: “entre otras cosas, al desarrollo económico y social, a la protección del medio ambiente, a la conservación de los recursos vivos y a la paz y a la seguridad de toda la región”.
Sin embargo no se ha podido impedir el fortalecimiento militar de la Base Aeronaval inglesa en las Malvinas.
En Noviembre de 2002, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba una resolución que, acogiendo una iniciativa peruana que tiende a crear la Zona de Paz en el Pacífico Sur; la propuesta peruana sigue la misma suerte de las resoluciones sobre las zonas de paz del Índico y del Atlántico Sur: no pasa de ser una hermosa declaración que está lejos de tener resultados positivos.