Otro sobresaliente de Castella: a hombros de nuevo en Las Ventas

Sebastián Castella apostó, además de por su inconmensurable valor, por la esencia del toreo, que bordó frente a su primer enemigo, noble y encastado, el mejor de un encierro desigual de Núñez del Cuvillo. Con la pañosa siempre por bajo, el francés cascabeleó inmensas series de naturales, sobre todo, y redondos, rubricados con monumentales pases de pecho. Y sazonados con todo tipo de adornos antes de un estoconazo qu ele puso en la mano las dos orejas de su enemigo.

En su segundo, Castella iba a por la explosión, aunque el burel tenía más dificultades, pero el coletudo las superó, en este caso con más valor y técnica, sin que se le olvidara también brillar exytrayendo suertes por ambos pitones, más por el derecho ahora. Pero la media estocada quedó algo baja y necesitó el refrendo del varios golpes de verduguillo, por lo que el premio se redujo a ovación.

Mas barrocos y artistas, sus compañeros Morante de la Puebla y Julio Aparicio anduvieron lejos del triunfo, aunque dejaron destellos de su barroquismo, mayormente con el percal y algún que otro detalle con la flámula. Su balance estadístico fue parigual de silencio y algunos pitos en ambos

Se daba a circunstancia de que Castella y Morante son las dos únicas figuras que -a diferencia de todas las demás- han tenido la honradez y el gesto de dar la cara en Madrid en tan difícil examen de cierre de campaña. El de la Puebla ha suspendido ahora y el de Béziers repite sobresaliente y olé.

Expectación ante la 'victorinada'

También hay interés en el festejo de este domingo que pone broche de oro al abono: el que existe en todo caso por ver ante la siempre problemática corrida de los 'victorinos'. Y frente a ella,  a dos de los matadores que han calado hondo este verano en la Monumental, el madrileño Sergio Aguilar y el cordobés José Luis Moreno.

A ellos, como al riojano Diego Urdiales –ya un habitual con este tipo de divisas- un triunfo les abriría muchas puertas de cara a 2010. En definitiva, sin olvidar la fina de la Escuela de Madrid el domingo a las 12 de la mañana, un broche de oro del abono otoñal, para el que hay gran expectación. Ojalá los bicornes del 'paleto de Galapagar', divisa que aprobó por los pelos en San Isidro, también saquen sobresaliente.