Así lo explicó hoy el obispo de Santander, Vicente Jiménez Zamora, quien justificó esta petición en el considerable aumento, "en más del doble", del número de personas que han acudido a Cáritas en busca de ayuda en el primer semestre de este año.
Según dijo, "no sólo son los clásicos pobres que necesitan comida y vestido, sino personas normales que tenían su trabajo y lo han perdido, y ahora tienen que afrontar los gastos normales del funcionamiento de una familia". Además, cree que esta situación "empeore" para el próximo año.
Esta campaña de solidaridad se enmarca en las acciones previstas en la programación Pastoral Diocesana para el curso 2009-2010, y que según explicó el obispo en rueda de prensa, responden a las necesidades "prioritarias" de la iglesia diocesana en cuatro áreas: la experiencia de comunión, el anuncio de la palabra, la celebración de la fe (catequesis), y la expresión de la caridad.
En concreto, la iglesia tiene como objetivo continuar con el desarrollo de las unidades pastorales, especialmente en la formación de equipos apostólicos, en la distribución del clero y en la pastoral vocacional laical, ministerial y de especial consagración, mediante el desarrollo de una 'cultura de la vocación'.
Para ello, pondrá en funcionamiento, al menos tres unidades pastorales (una rural, otra urbana, y otra semiurbana) y sus equipos apostólicos. Además harán un seguimiento y evaluación de sus logros y dificultades.
También van a priorizar la formación de todos los cristianos para que puedan "vivir de una manera más consciente y madura" su compromiso bautismal. Asimismo, van a fomentar el paso de una catequesis "eminentemente centrada en los sacramentos" a una catequesis entendida como "proceso estable de educación en la fe". Asimismo, se crearán espacios para la oración en las parroquias y en las unidades pastorales.
El obispo señaló que estas acciones para el próximo curso se enmarcan en un Plan Pastoral quinquenal (2009-2014) que tiene como objetivo general "vivir y transmitir la fe" a través de la recuperación del "vigor espiritual" de la Iglesia, de las familias, las parroquias y de "todos los miembros del Pueblo de Dios".