En algunos comentarios hemos analizado ya los malos recuerdos que algunos adultos tienen de la época en que eran unos muchachitos rebeldes, y que por esa conducta recibieron algunos correazos de sus padres o maestros bajo un equivocado concepto de disciplina
Pero muchos ecuatorianos a quienes preocupa la estabilidad social, económica, jurídica y política de este país no podrán olvidar los correazos dados a la democracia ecuatoriana por este Gobierno y sus aliados del MPD, del partido Socialista, de Pachakutik, del PRE y de grupos de la izquierda, cuando, con piedras y garrotes, se tomaron el Tribunal Supremo Electoral, el Congreso Nacional y el Tribunal Constitucional, y, por intimidación, todas las instituciones de control del Estado y, posteriormente, el congresillo y ahora la Asamblea Nacional con sus nuevos alzamanos.
Más tarde tocó el turno de recibir correazos, "para que aprendan", a estudiantes de la Universidad Católica de Guayaquil, que creyeron que vivimos en un país que disfruta de un Estado de derecho, y que existen libertad de expresión y la posibilidad de discrepar con los criterios emitidos desde la "majestad" del poder presidencial.
El presidente de la República, Rafael Correa, para tener el respaldo de la población indígena que mantiene el triste recuerdo de la época en que eran usados como herramientas de trabajo bajo el temor de recibir un latigazo o correazo, hizo ostentación de su preferencia por esas comunidades, matizando sus discursos con frases en quichua y usando poncho. Pero, cuando ya logró lo que quería, los despreció, dando entonces un correazo a los ponchos.
Luego, para seguir cumpliendo con el eslogan de campaña "¡Dale Correa
!", en cada oportunidad en que ha dado un discurso ha repartido correazos a propios y a extraños, a los miembros de su gabinete y a las universidades y docentes. A la prensa y a periodistas. Fuertes correazos a empresarios, a sindicalistas y a funcionarios públicos. Correazos a viejas peluconas y a gorditas horrorosas; a trabajadores petroleros y a militares y policías y, por supuesto, a quienes han pretendido oponerse a sus decisiones.
El presidente Correa acaba de anunciar una serie de medidas económicas y nuevas reformas tributarias a las leyes reformatorias que antes ya había dictado por medio de sus alzamanos, medidas que van a afectar seriamente al sector productivo, a los puestos de trabajo y a los consumidores en diversas áreas; pero, al hacer públicas esas decisiones, aclaró que no se trata "ni de un paquetazo ni de un pinchazo", con lo cual yo coincido totalmente, pues se trata de
otro nuevo correazo.
valvarez@hoy.com.ec