Madame Tamiflu

Nuestra Ministra de contar virus ha reflexionado ante unos micrófonos (los de la SER) y ha concluido que la sociedad española está madura para lanzar la prohibición de fumar en lugares públicos. Conste: no he fumado tabaco en mi vida; puros sí, pero es otra dimensión. Y me pregunto qué es una sociedad madura, un asunto que me interesa mucho más que saber dónde se va a poder echar un pitillo. Y en ese camino de la maduración no encuentro más que preguntas que no se responden. Madame Tamiflu podría sacar ese debate en otra época del año, pero le ha parecido que en el ecuador del veraneo es cuando más maduros estamos (será si así lo dice).

Pero la persecución al fumador no encierra más que otra manera de prohibir que nunca es sana. Porque se empieza prohibiendo el pitillo y se termina castigando a los gordos, de hecho ya hay una compañía aérea que pretendió dejar en tierra a los feos. Y, digo yo, que soy un inmaduro si hay mucho peligro en que el personal fume sin molestar a los demás, en zonas acotadas y con las consecuencias que tiene para su coleto, sin duda que nocivas del todo.

Maduro es un término bastante complejo. Igual nos hacemos maduros y nos damos cuenta de que sobran algunos ministerios. Es posible. Por lo tanto lo que ha hecho Madame Tamiflu es empezar a dejar el puesto, se entiende. Pero que todo el mundo sepa que ha sido producto de una reflexión canicular que ha tenido otras consecuencias más serias.

Dicho lo cual: fumar mata pero prohibir jode. Usted misma, madame.

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