Aunque el periodismo norteamericano fue hasta el 11 de septiembre mucho más que poner los pies encima de la mesa,
Walter Cronkite tenía en su despacho una fotografía en la que aparecía de esa guisa.
Ha muerto a los 92 dos años y con él ha desaparecido cualquier vestigio de una forma de ser y de hacer el periodismo.
Era tal su credibilidad que en los Estados Unidos de América se decía que hasta que Walter Cronkite no contaba una noticia el público norteamericano no la daba por buena.
Para él el periodismo era mucho más que aparecer y aparentar. Conocía su capacidad de influencia, que se había ganado por su integridad profesional y no se arredraba frente al poder. Fue el primero en contar la verdad de lo que estaba pasando en la guerra de Vietnam y como ha reflejado un comunicado con ocasión de su fallecimiento “
Cronkite se dirigía a la Nación cuando otros se limitaban a presentar las informaciones”.
Era tan cierto lo que decía que al final de sus informativos añadía una frase que no dejaba lugar a dudas “
And that's the way it is" ("Y así son las cosas").
Cronkite comenzó su andadura profesional como reportero en el diario Houston Post y después trabajó para United Press International, para la que fue corresponsal durante la Segunda Guerra Mundial. Se resistió a trabajar en la televisión porque para él el verdadero periodismo era el de los periódicos.
Sin embargo todos le conocían como el presentador de las noticias de la CBS hasta el extremo de que el presidente de esta cadena ha afirmado que es imposible imaginar CBS News, el periodismo y el propio Estados Unidos sin Walter Cronkite.
A todo esto habría que añadir que “así eran los cosas”, porque ahora son bien distintas.
Hoy en día, ni en los Estados Unidos ni mucho menos en España existe un periodismo digno de tal nombre. Hoy no hay un periodista respetado por el poder, sino halagado, comprado o perseguido por ese poder que se siente inmune a cualquier crítica.
Hoy los dueños de los medios de comunicación no están interesados en que se cuente la verdad sino en que se haga propaganda de sus intereses o se destruya al contrario.
Hoy Walter Cronkite no sería posible.
Descanse en paz.