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Cuando actividad física no es igual a salud

miércoles 10 de junio de 2009, 08:42h
Son muchos los medios de comunicación, que están ocupándose del problema conocido como “vigoresia” o la obsesión de estar metido prácticamente todo el día en el gimnasio para tener un cuerpo perfecto. La pregunta sin respuesta para estos “viciosos del gym” es: ¿qué es tener un cuerpo perfecto? 

Para tener ese cuerpo de los y las modelos sin funcionar el photoshop efectivamente hay que realizar ejercicio físico de manera continuada y constante, llevar una alimentación saludable y por supuesto estar tocado de la “varita mágica” de la genética. El problema es que en estas fechas muchos corren a apuntarse a los gimnasios, para la llamada “operación bikini” y lucir palmito en las playas. Hay sobreentrenamientos, una mala alimentación (o mejor dicha no correcta) y en muchos casos utilización de sustancias químicas no recomendables.

Y es que el mundo de los “gimnasios” ha experimentado grandes cambios o mejor dicho fases. En la década de los 60 y los 70, en nuestro país, eso de gimnasio era para o los muy ricos o para clases marginales. En los 80 era el famoso culto al cuerpo representado por  modelos como Cyndi Crawford. En los 90 era culto al cuerpo más relaciones sociales. Y en los 2000 culto al cuerpo y relaciones personales más salud. Y en la próxima década, sin duda, será uno de los sectores estratégicos y de creación de empleo más importantes.

¿Pero están preparadas las entidades deportivas y los monitores para este reto? La respuesta desgraciadamente es negativa. Y es negativa por varias razones. La primera es que cualquiera puede ir a cualquier centro deportivo que no le van a pedir ni hacer el más mínimo reconocimiento médico (hay excepciones). La mayoría de las entidades deportivas no cuentan ni con ATS, ni médicos especialistas en medicina deportiva que prescriban qué ejercicios personalizados son los más recomendables. Hay muy pocos monitores con una cualificación profesional seria.

Se recomiendan dietas nada recomendables por un personal no cualificado ni con los conocimientos específicos sobre nutrición. No se informa de los problemas que ocasionan el uso continuado de sustancias químicas, ni de complementos, simplemente se recomiendan porque producen cambios y aumentan la musculatura. A pesar de que hay una patronal sectorial, cualquiera con unos ahorrillos puede montar un gimnasio, porque nadie le va a pedir nada más que una responsabilidad civil y no es obligatorio pertenecer a ella, además puede inscribirse en el IAE, como centro de peluquería y estética.

Los políticos tienen que ponerse a legislar y controlar esta actividad empresarial, con carácter de urgencia. Y usted, exija calidad y profesionalidad para que no jueguen con su salud.
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