Los casos de abusos sexuales y maltrato a menores fueron recogidos en un informe basado en los testimonios de numerosas víctimas que fue publicado el mes pasado, causando consternación en la sociedad irlandesa, tradicionalmente católica.
"Estaba visiblemente muy disgustado, diría yo, de oír algunas cosas que se dicen en el informe Ryan y cómo habían sufrido los niños", declaró Martin.
El arzobispo de Dublín y el líder de la Iglesia Católica en Irlanda, el cardenal Sean Brady, se reunieron con el Pontífice la semana pasada para informarle personalmente sobre los efectos negativos del informe.
Benedicto XVI, que pidió perdón por los abusos sexuales cometidos por los sacerdotes católicos durante una visita a Australia el año pasado, no ha hecho ninguna declaración pública sobre las revelaciones de Irlanda.
Brady indicó que Benedicto XVI les encargó asegurarse de que "se haga justicia para todos" tras la publicación del informe, que fue dirigido por el juez del Tribunal Supremo Sean Ryan.
El documento no hace referencia a los nombres de los responsables de los abusos, después de una victoria legal de los Hermanos Cristianos, una de las 18 órdenes católicas que gestionaban las escuelas industriales y reformatorios irlandeses implicadas en los casos.
Todas las órdenes religiosas, incluida la de los Hermanos Cristianos, se han comprometido a dar una mayor indemnización a las miles de víctimas de los abusos, cediendo a la presión social desatada por la publicación del informe.
En 2002, las órdenes religiosas acordaron con el Gobierno un fondo de compensación de 127 millones de euros. Ahora se espera que la aportación total ascienda a 1.000 millones de euros.
En Estados Unidos en 2007, la archidiócesis católica de Los Ángeles se comprometió a pagar 600 millones de dólares a 500 víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, hasta ahora la indemnización más cuantiosa de este tipo.