"Esta es la situación más difícil que ha afrontado la industria", declaró Giovanni Bisignani, director general y consejero delegado de la IATA, ante la reunión anual del organismo de la aviación en la capital malaya. "Soy realista. No veo hechos que respalden optimismo".
Sin embargo, hubo cierto optimismo. John Leahy, director comercial del fabricante de aviones europeo Airbus, dijo que 2009 sería duro, pero que los planes de United Airlines de hacer un pedido de hasta 150 nuevos aviones de Airbus o su rival Boeing demostraban que el mercado estaba empezando a cambiar de rumbo. "Las cancelaciones no son tanto un problema como los atrasos. No creo que tengamos muchas más cancelaciones", declaró.
Coste de combustible
En todo el mundo, se prevé que se entreguen 4.000 aviones en los próximos tres años, lo que supone el 17 por ciento de la actual flota, dijo Bisignani.
"Una vez más, los aviones pedidos en los buenos tiempos se entregan en recesión. Encontrar clientes para llenarlos será un desafío", declaró.
La IATA había augurado en marzo que las pérdidas de 2009 para la industria se elevarían a 4.700 millones de dólares. También revisó su estimación de pérdidas para 2008 a 10.400 millones de dólares, desde 8.500 millones de dólares.
En un esfuerzo por salir airosas de la crisis, empeorada por el reciente brote del virus de la gripe H1N1, las aerolíneas también han estado intentando reducir costes en todos sitios.
Otro problema importante era la subida de los costes del combustible, un problema que sería "irresponsable" que no fuera abordado por los gobiernos, declaró Bisignani.
"El riesgo que hemos visto en las últimas semanas es que incluso el más ligero indicio de esperanza económica hace subir los precios del petróleo. La especulación codiciosa no debe tomar a la economía mundial como rehén".