Rapapolvo del confederal de UGT a su responsable en Madrid, José Ricardo Martínez, que el pasado 22 de mayo amenazó a Esperanza Aguirre con una huelga general en la Comunidad Autónoma. Aunque no haya causa-efecto, lo cierto es que la amenaza de Martínez de parar al completo en la capital mientras no se prevé ninguna medida contra el Gobierno central pese a contar con más de cuatro millones de parados, lo cierto es que si uno observa la cronología de los hechos se podría pensar por dónde van los tiros.
Y la cronología es muy facilita: un buen día, Esperanza Aguirre, harta de que la abucheen a ella y a su alter ego sanitario Juan José Güemes cada vez que inauguran o visitan algo, no se le ocurrió otra cosa que decir lo siguiente: pues esto de los ‘liberados sindicales’ habrá que revisarlo, porque parece que hay muchos. Poco después, Martínez se descuelga nada menos que con una huelga general en Madrid contra la Aguirre.
Desde el confederal le han dicho a su chico madrileño que mientras no haya ‘agresión gubernamental’ no se convocará huelga general, y que en estos momentos no se produce agresión ni por parte del Gobierno central de Rodríguez Zapatero ni del autonómico de Aguirre. Es decir, que Martínez ha quedado desautorizado, entre otras cosas porque Comisiones Obreras también le ha dicho que verdes las han segado.
Por cierto, que el tema de las subvenciones sindicales comienza a agitarse, políticamente hablando, en determinadas comunidades autónomas. Por ejemplo, en Navarra, donde fuentes políticas confirman a este diario e-Xclusivo la perfecta sintonía entre UGT y CC.OO. con el gobierno regionalista de Miguel Sanz (UPN): dicen que de las arcas navarricas salen 75 millones de euros anuales para reparto sindical por diferentes conceptos.
Si (
No(
