San Isidro. 23ª de Feria
Decepcionante corrida de Adolfo Martín
viernes 29 de mayo de 2009, 11:55h
No funcionó el encierro de Adolfo Martín, justo de casta y fuerza, por lo que a excepción de la lidia del cuarto, que desaprovechó Frascuelo, el festejo fue aburrido. Uno más, y van...
Cinco toros de ADOLFO MARTÍN, bien presentados y complicados, que cumplieron en el caballo excepto el manso y descastado 2º. 4º encastado y 6º muy flojo. 5º, segundo sobrero -en sustitución de uno del hierro titular y del primer sobrero de Sepúlveda, inválidos-, de ARAÚZ DE ROBLES, noble y mansote, pero flojo. FRASCUELO: silencio; pitos.- RAFAELILLO: silencio; silencio.- JAVIER VALVERDE: silencio; silencio.-Plaza de Las Ventas, 29 de mayo.- 23ª de feria. Lleno
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Una de las corridas toristas por excelencia, los 'albaserrada' de Adolfo Martín, no ofreció el juego esperado y decepcionó ampliamente en Madrid. Para colmo, el único bicorne que salió con casta y ofreció espectáculo, el cuarto, fue desaprovechado por Frascuelo. En cambio, sus compañeros, Rafaelillo y Javier Valverde tuvieron escasas opciones.
Ese cuarto, cárdeno como todos sus hermanos, permitió a Frascuelo estirarse a la verónica con excelencia y su clásico barroquismo, pero en el tercer capotazo fue desarmado, hubo de tomar el olivo, y ahí se acabó la labor del madrileño con el percal.
Eso sí,es justo y necesario destacar el sensacional par de banderillas de Luis Carlos Aranda -serio aspirante a repetir como subalterno triunfador de la feria en este aspecto-, con todas las ventajas para el burel, tras el cual que se desmonteró con toda justicia, brindando a su padre, otro gran rehiletero, Manolillo de Valencia, recientemente fallecido.
Pero después, algo similar aconteció a Frascuelo con la flámula: tras unos primoroso doblones por bajo, látigo y caricia, el bicho le apretó casi derribándole, el coletudo perdió confianza y ya no hubo nada.
Sin decisión
Con el que abrió festejo, que como el resto del encierro se quedaba corto en el último tercio y tenía peligro sordo, sobre todo por el pitón izquierdo, tampoco Frascuelo echó la decisión necesaria e imprescindible.
Si arrojó el naipe del valor Rafaelillo, que se la jugó sin trampa ni cartón con el descastado segundo, un saldo de gañafones. Con el paradote y noblote sobrero intentó el toreo clásico pero el animal se vino abajo en seguida.
Como le sucedió a Javier Valverde con el 'cuasi' inválido sexto tras sus intentos también de ortodoxia frente a su primero con un punto mayor de fijeza, pero también con un peligro que fue desarrollando para al final no ofrecer ninguna opción al salmantino.