La SGAE, herida de muerte

Con unos ingresos en el pasado ejercicio de 333,9 millones de euros, un 11,5% menos que los 363,2 millones de  2007, han repartido entre sus  casi 100.000 socios un 8,16% menos a pesar de reconocer “haber ganado cifras espectaculares con conciertos como los de Bruce Springsteen, Miguel Bosé, Extremoduro o  el Canto del Loco,  o “efectuar recaudaciones que superan el 48% de los ingresos de los locales nocturnos”. El presidente del Consejo de Dirección, el ex cantante de Los Canarios Eduardo, 'Teddy', Bautista empieza a ser cuestionado no sólo entre los socios sino entre los cientos de miles de  autores que no reconocen representatividad a la Entidad. El prestigio de personas como el director y productor de cine José Luís Borau, presidente de la Junta Directiva, se han puesto en entredicho, y éstos han obligado a Bautista a que tome la iniciativa bajo la amenaza de cesarlo o darse de baja.

Al ex cantante de Los Canarios, que siempre le ha gustado llevar personalmente los asuntos de la Sociedad, no se le ha ocurrido otra idea que la que pasa por la cabeza de los empresarios en apuros: prescindir de personal. Pero la imagen de la SGAE, muy deteriorada en los últimos tiempos por los negocios que están llevando a cabo, impide lo que la Ley obliga para prescindir de personal de plantilla: un Expediente de Regulación de Empleo. Un ERE que, según fuentes de los propios trabajadores de la SGAE, afectaría a unos 245 empleados. Casi todos ellos administrativos.
  

Porque lo último que se le ocurriría a Bautista es prescindir del ejército de abogados, recaudadores y contables del que se ha rodeado. La SGAE, y eso es lo que pierde a la Institución, ya no es un simple instrumento para que los autores reciban unos ingresos en concepto de sus obras creativas.  Autores se ha convertido en un organismo recaudatorio al mas puro estilo Agencia Tributaria, que “cobra impuestos”, según los detractores de las Leyes de Propiedad Intelectual y del canon por la adquisición de productos tecnológicos, y que se dedica a invertir en inmuebles.

“Y claro, - dice un socio que pide permanecer en el anonimato-, si te dedicas a una actividad como la inmobiliaria, que acaba por estallar en mil pedazos, pues a ti te ocurre lo mismo. Y eso le ha ocurrido a la SGAE, que sus inversiones ya no valen nada. Como no valen la mayoría de los inmuebles: ni La Cartuja, ni los palacetes, ni el Paralelo de Barcelona, nada de nada. Dinero tirado. Que no le echen la culpa a los morosos”.
 


Oficialmente la Junta directiva de la SGAE culpa de los resultados negativos de 2008 al  “impago por parte de algunos grandes usuarios del repertorio que administra la Sociedad, que no han abonado las cantidades a las que la Ley les obliga. Y también, la tardía aprobación de la Orden Ministerial que regula los soportes y dispositivos sujetos a remuneración compensatoria por copia privada y la cuantía de ésta. Este retraso ha originado un importante descenso en los ingresos por este concepto. Lamentablemente, esta reducción se verá también reflejada en los recursos que a lo largo de 2009 esta sociedad destinará a actividades asistenciales, promocionales y de formación”. Es decir, se acabaron los cursos, o las asistencias sanitarias extraordinarias que tanto éxito tienen entre los asociados.
  
“Cada vez está mas claro que la SGAE ha dejado de ser ese organismo que defiende y gestiona los derechos de autor. O se reforma sus estructuras o, al final, se va a quedar en algo residual”, señalan en un sector de asociados que se ha organizado para intentar solucionar los problemas desde dentro. Un grupo que apoyó la denuncia, efectuada hace unos días,  por haber cobrado la SGAE derechos de un concierto benéfico por parte del cantante David Bisbal. “Bautista y los suyos no fueron capaces de explicar a la ciudadanía que por Ley, hay que cobrar los derechos de autor originados por ese concierto aunque, tal y como se ha hecho otras veces, luego se renuncia al cobro en beneficio de las personas o instituciones para las cuales van dirigidos los beneficios de este tipo de acontecimientos”.



No hubo explicaciones y la opinión pública se echó prácticamente encima de los responsables de la SGAE, los cuales tardaron más de 24 horas en reaccionar. Los grupos opositores al actual Consejo de Dirección que preside Bautista, dicen que todo se debe a la desidia del director de Relaciones Institucionales y Comunicación, Pedro Farré, quien el día en que ocurrieron los hechos no estaba localizable. Dicen, que, a raíz de ese suceso, Farré fue despedido. El propio Farré se ha encargado de desmentir tal despido, pero lo cierto es que, según fuentes de la propia Sociedad,  el “todavía” director de Comunicación tiene apalabrado un puesto de trabajo en otro organismo. O, al menos lo tenía antes de que sucediese lo que ha pasado.
  
Otras fuentes consultadas exculpan a Farré de la bochornosa imagen que está dando la SGAE y de lo que está trascendiendo últimamente a la prensa en torno al Organismo. Dicen que el director de Comunicación apenas cuenta con competencias ya que es el propio Teddy Bautista el que lleva personalmente los asuntos del “día a día” de la Institución.
  
En cualquier caso, todos reconocen que la SGAE está herida de muerte. Con la imagen por los suelos desde que el Gobierno, por presiones suyas, impuso el canon digital. Con unos ingresos cada vez mas mermados. Con menos prestaciones sociales, y trascendiendo que llevan a cabo cierto tipo de actividades que no son bien vistas por un sector muy influyente de los asociados, a Teddy Bautista y los suyos sólo le queda llevar a cabo una reforma en profundidad para recuperar prestigio. Hay quien piensa, no obstante, que esa maniobra llega tarde. Que la SGAE como organismo recaudador de los derechos de autor está llegando a su fin.

Vea el programas que hizo DCTV sobre Propiedad Intelectual: