“Será el debate de la crisis”. Es la frase que repiten todos los portavoces de los grupos parlamentarios cuando se refieren al debate del estado de la Nación que se celebra en el Congreso de los Diputados entre los días 12 y 13 de la semana que viene. En la bancada socialista saben que va a ser el más difícil de todos los que ha realizado hasta ahora
Rodríguez Zapatero. Tienen claro que tanto el PP como CiU y el PNV, tratarán de ‘arrinconar’ políticamente al presidente del Gobierno y que acercarán posturas en aquellas áreas en las que no haya ‘colisión’ de intereses. La principal, la económica, pero también en materia de Justicia e Inmigración, dos de los asuntos que consideran más urgentes.
Por ello, la dirección del Grupo Socialista– con
Ramón Jáuregui todavía ejerciendo como secretario general- está redoblando sus esfuerzos para no quedarse solos en las votaciones de las resoluciones que, como es habitual, se presentarán y debatirán a la semana siguiente, siendo votadas el martes, día 19. Los grupos empezarán a trabajar en muchas de ellas una vez que escuchen al presidente del Gobierno, aunque hay algunos asuntos que los catalanes, diga lo que diga Zapatero, ya tienen diseñados. Como, por ejemplo, la necesidad de que el Gobierno ponga en marcha cuanto antes el Corredor Mediterráneo para personas y para mercancías, que vaya desde Andalucía, pasando por Levante y Cataluña hasta llegar a Francia. O la exigencia de que se desarrolle en su totalidad el Estatut de Cataluña, resoluciones en las que coincidirán el PSC, CiU, IC y ERC.
Zapatero y su paquete de reformas estructurales
El presidente, en su intervención inicial, que comenzará a las doce del mediodía del martes 12, anunciará un nuevo paquete de medidas anticrisis dirigidas a dos ejes. Por un lado, a continuar ampliando la protección a los sectores que más sufren la crisis, con el posible anuncio de que se ampliará la cobertura de desempleo al grueso de personas que no cobran el subsidio de paro –más de 800.000, según estimaciones de los sindicatos-, o a aquellas familias que no perciben ingresos ninguno de sus miembros, medidas que ya estudió el Consejo de Ministros. Y por otro, el presidente pedirá una reflexión conjunta sobre “
la necesidad de realizar reformas estructurales para mejorar la productividad y para que nuestra economía siga creciendo en cuando se recupere la confianza y empiece a vislumbrarse la salida del túnel”, según adelantan fuentes del Grupo Socialista.
Unas medidas estructurales que en realidad le vienen reclamando desde hace tiempo prácticamente todos lo grupos de la Cámara y que afectan al sector de la vivienda, a las administraciones públicas, con un plan de austeridad en el gasto, al sistema educativo, a la Justicia – uno de las más urgentes-, así como nuevos acuerdos en el marco del Pacto de Toledo sobre pensiones, un mayor esfuerzo en infraestructuras, impulso de las energía renovables, o en inversión en I+D…
La reforma del mercado de trabajo, el gran escollo
Claro que el verdadero escollo para cerrar ese gran pacto, va a ser la reforma del mercado laboral, habido cuenta de las recetas que reclaman el PP y la CEOE - como el abaratamiento del despido, que los llamados EREs no precisen el visto bueno del Gobierno, o las rebajas de las cuotas de la Seguridad Social- , no son aceptadas por los socialistas ni por otros grupos del Congreso, como IU-IC.
Pese a todo, el llamamiento al diálogo se escuchará en el hemiciclo, aunque para que eso se traduzca en un gran pacto anticrisis tendría que llevar aparejado una oferta de reunión conjunta del Gobierno con los partidos políticos y los agentes sociales.
De lo que no se van a librar los diputados es de escuchar de nuevo a Zapatero esgrimir los mismos argumentos que ha utilizado hasta ahora para negar la evidencia, es decir, que la crisis es global, que el origen de todo hay que buscarlo en el crack de los mercados financieros internacionales, y que nuestro país está haciendo lo que puede para combatirla. En este sentido, el presidente argumentará que dentro de lo malo, nuestro país ha podido permitirse aumentar el déficit del Estado dado que contaba con un colchón de ahorro suficiente antes de que estallara la crisis. También recordará los las inversiones en planes de ayuda a los Ayuntamientos y la inyección de liquidez a nuestro sistema bancario que ha supuesto dos puntos del PIB.
Rajoy necesita la victoria
Conscientes de que
Mariano Rajoy debe salir del debate no solo como vencedor sino también con su liderazgo reforzado, los populares están preparando el duelo concienzudamente con la vista puesta en el 7 de junio, fecha de las elecciones europeas.
La semana pasada la dirección del grupo parlamentario se reunió con todos los portavoces de las Comisiones de área para que fueran preparando fichas sobre los asuntos que consideran más importantes. Con los ‘deberes’ ya hechos, el pasado martes, la portavoz parlamentaria,
Soraya Sáenz de Santamaría, y sus más estrechos colaboradores mantuvieron un primer encuentro en Génova con el líder del partido para ir perfilando las líneas maestras de su discurso.
Sin despegarse mucho de lo que ha sido sus últimas intervenciones, Rajoy presentará un panorama económico
“gris y sombrío” basándose en que “
cada vez los datos que conocemos son peores”, pese a los esfuerzos que hacen los ministros por “
maquillarlos”.
Lógicamente, el jefe de la oposición volverá a ofrecer a Zapatero su plan alternativo anticrisis –varias veces presentado – con las reformas estructurales que consideran necesarias, conscientes de que será descalificado por el presidente, quien volverá a reprocharle que no quieren arrimar el hombro ni estudiar las medidas que proponga el Gobierno.
Los populares están contentos porque han comprobado que “
ya ha pasado la etapa del Pacto de Tinell” en la que los grupos nacionalistas les “
marginaban” de cualquier tipo de acuerdo en las Cámaras. Ahora ven como tanto CiU como el PNV, por razones diferentes, les atienden y valoran sus iniciativas, apoyando –como se ha visto las últimas semanas- algunas de ellas.
En cuanto a recoger el guante de una hipotética oferta de Pacto de Estado, en el Grupo Popular se muestran recelosos.Llo primero que hará Rajoy en ese caso es exigir el presidente "
una rectificación total de su política económica", aseguran en el PP. “
No queremos gestos de cara a la galería. Para nosotros lo importante no es hacerse ahora la foto, sino que se vea la voluntad de cambiar las cosas. No pueden seguir presentando medidas que generan un subidón que baja igual que sube”, aseguran, mientras añaden que no van a plantear el debate como un ‘sucedaneo’ de moción de censura con la que andan ‘jugueteando’ desde hace tiempo. “
La moción de censura la recibe Zapatero todas las semanas con los datos económicos que va recibiendo”, sentencian.
Los catalanes, a por lo suyo
En cuanto a los grupos nacionalistas, ninguno parece estar dispuesto a dar apoyo gratuito al presidente Zapatero. La reclamación de CiU de un acuerdo de financiación mucho más ambicioso del que se está fraguando con el PSC de Montilla será el punto principal de fricción con Zapatero que esgrimirá el compromiso ya cerrado por
José Blanco con
Montilla de traspasar a la Generalitat las Cercanía a partir del 1 de enero de 2010.
Duran insistirá precisamente en la necesidad de un Pacto de Estado pero
“con propuestas concretas y con contenido”, afirman fuentes del grupo.
De los vascos, los socialistas esperan poco, por no decir nada, habida cuenta de “
la pinza” que están ensayando con el PP desde que se vieron desplazados del gobierno en Euskadi.
Josu Erkoreka “
será muy incisivo” y hará mucho hincapié en algo que le duele especialmente al presidente, “
que no es de fiar”, “que su política está llena de contradicciones” porque pacta según le conviene en cada comunidad autónoma sin un criterio fijo. Y no se olvidará tampoco de las sempiternas reclamaciones de algunas transferencias pendientes, a las que ya se ha comprometido
Patxi López, - del que tampoco se fían-, como las políticas activas de empleo.
La única ‘esperanza’ para Zapatero podría estar en ERC, e IU-IC, antiguos socios del Gobierno, que tras un paréntesis, últimamente han vuelto al ‘redil’ aunque poniendo muchos ‘peros’ al presidente, sobre todo en su forma de abordar la crisis. Pero ninguno de los dos grupos, a priori, va dispuesto a ponérselo fácil.
Fuentes del grupo parlamentario de ERC anuncian que su portavoz,
Joan Ridao, hará un discurso “
muy duro” en el debate y reprochará al jefe del Ejecutivo sus “
reiterados incumplimientos” con Cataluña y sus
“desaciertos” a la hora de tomar medidas para afrontar la crisis económica.
Dos ejes serán las líneas argumentales de los republicanos, la necesidad de consensuar entre todos los grupos, sindicatos y patronal las medidas anticrisis – lo que da pie a pensar que aceptarán una propuesta de Pacto de Estado del presidente, si la hubiera- , y lo que han dado en llamar
“la carpeta catalana”. Por un lado, calendario de traspasos que incluya la gestión de aeropuertos, concreciones en la financiación autonómica. Y, por otro, propuestas sobre el mercado de trabajo, inmigración y dependencia, así como el espinoso asunto del plurilingüismo – uso del catalán en las instituciones y en Europa- y cultura.
-VOLVER A PORTADA-