La Ciudad de México, en cuya área urbana viven casi 20 millones de personas, tiene hasta el momento el mayor número de contagiados con el virus, que habría causado la muerte de unas 176 personas en el país.
"Estamos en un punto en el que el número de casos de contagio tiende a estabilizarse. Cuando tengamos esa información, podremos plantear a la ciudad pasar de una alerta máxima, a una etapa de alerta", dijo Ebrard.
"Es un punto donde estamos (...) cerca o en una tendencia de estabilización del ritmo de los contagios", agregó el funcionario.
Sus declaraciones coincidieron con las del secretario de Salud federal, José Angel Córdova, quien afirmó que el número de ingresos a hospitales por casos sospechosos ha ido disminuyendo y que la tendencia de los decesos se ha mantenido estable.
El Gobierno dispuso el cierre de restaurantes, museos, estadios, iglesias y gimnasios, en un intento por frenar la expansión del mortal brote de influenza. Autoridades capitalinas descartaron por ahora medidas adicionales.
"En el Distrito Federal ya hemos tomado todas las medidas que van dirigidas a cerrar la cadena de transmisibilidad, por ahora no hay una medida más", dijo el secretario de gobierno de la ciudad, José Angel Avila, a la cadena Radio Fórmula.
Ávila dijo que el sábado habría una decisión de las autoridades capitalinas sobre relajar o reforzar las medidas, dependiendo de cómo marchen las cosas.
Pero el miércoles por la noche, el Gobierno dijo que entre el 1 y el 5 de mayo no habrá actividades económicas que no sean esenciales, y pidió a los mexicanos quedarse en casa.
"No hay lugar más seguro para evitar contagiarte del virus de la influenza porcina que tu propia casa", dijo el mandatario en un mensaje televisivo en cadena nacional.
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