Hay que ver, amadísimos, globalizados, megaletileonorizados y coucheados niños y niñas que me leéis, la escandalera que puede montar la aparición artística à poile del anverso y del reverso de una rozagante fémina como Elsa Pataky en un par de revistas. El anverso –objeto del litigio—robado o distraído, muestra Elsa con sus senos (perfectos, todo hay que decirlo, como me indicó tío Arturo, fino connaiseur de anatomías femeninas, y no sólo en el aspecto contemplativo) al aire de una lejana y soleada playa. El reverso se muestra en otra publicación de corte netamente femenino (auguro un aumento de sus ventas a lesbollos y saforudas). Elsa, con un breve pantalón corto de denim, marca la línea de unos glúteos rayanos en la perfección geométrica. Como dijo el salido del Tomasín, el chico para todo que tenemos en la sede del holding familiar, “esto es una incitación a la sodomía heterosexual” . Claro que en el vocabulario habitual del chico el término sodomía se pronuncia con una rotunda perífrasis que yo, por no incurrir en las iras de las gentes piadosas, ni siquiera a título informativo me atrevo a mencionar.
Las clases bajas, no importa cual sea su sexo biológico y su orientación sexual, llevan tres días pendientes de los programas matutinos de las televisiones. Que si vaya hocico el de la revista masculina, al camuflarse de submarino playero el fotógrafo y aprovecharse de las pausas de Elsa, que ya cobraba sus buenos dineritos para posar sugiriendo, insinuando, en las páginas de esa revista femenina. En cambio, hay una gran mayoría que, literalmente, babea con el frontal de Elsa Pataky y se preguntan cómo su anterior novio, Fonsi Nieto, un corredor motociclista dejó a semejante joya de la naturaleza...
Pero no sólo ha sido en España donde se ha montado una escandalera de ese estilo. Ayer, desde EEUU, llegaban los berridos de Jennifer Aniston, a la que le han pirateado un desnudo integral –anverso y reverso, con vello púbico incluido—que ya está colgado en Internet. La actriz norteamericana tiene buena figura, incluso sus posaderas –aquí me he asesorado por mi amigo Pototo Sedó, gran experto en la materia— compiten con las de la Pataky en cuanto turgencia y redondeces; pero en cuanto a los senos, frente a los de Elsa, como que no hay color. Sería como comparar dos esféricos melones canteloup (Elsa) con dos peras de San Juan (Jennifer). Vamos, que son dos magnitudes distintas, como distintas son las frutas a las que se asemejan sus senos respectivos.
Sí, ya sé que ahora muchos de vosotros/as, siguiendo las pautas que os marcan los defensores de la decencia, con Marianito Rajoy a la cabeza, diréis eso de ¿dónde vamos a parar?... Hombre, creo yo qu aún podréis montar una manifa el próximo sábado, que siempre queda bien, ¿verdad?, y así, de paso, se pide la dimisión de ZetaPé, se aplaude a los defensores de la ortodoxia que dejan oír su voz a través de los micrófonos de la cadena mitrada y, naturalmente, el domingo se asiste a la Santa Misa, donde seguro que el oficiante leerá, en más de una parroquia, la oportuna carta pastoral de algún obispo preocupado por la salud moral de sus fieles.
Ha dicho Elsa, enfadadísima, que piensa demandar a la revista que publicó sus delanteras exhibidas a los tonificantes rayos solares sobre las arenas de una playa pública. Y que, si los jueces le otorgan una indemnización, su importe irá íntegro a una oenegé. Naturalmente, no aclara a cuál de ellas, aunque como, en el colmo del cinismo periodístico, les oí comentar a mi dircom Horacio Carballeira y a su primo y colega el malvado del Vilariño, a lo mejor la Pataky y la Aniston se ponen de acuerdo y, entre ambas, crean BsF, Buenorras Sin Fronteras. Que, por cierto, pequeñines/as míos/as, todo podría ser.
Si (
No(
