Me parece una frivolidad que la visita del presidente de Francia esté determinada por con quien se reúne o que hace, dice y o deja de hacer y de decir su esposa
Carla Bruni.
Las relaciones de España con Francia han sido históricamente complicadas. Francia ha mirado por encima del hombro a España hasta bien entrada nuestra Transición. Es más, yo diría que las relaciones no comenzaron a ser de tú a tú hasta que el PSOE, con
Felipe González, ganó las primeras elecciones en el
82. A partir de ese momento, aunque con altibajos, las relaciones entre los dos países se han ido normalizando, lo que sin duda beneficia a amabas partes.
La ayuda de Francia es fundamental para luchar eficazmente contra ETA y sin duda ha costado que ciertos sectores de la "inteligencia" francesa hayan dejado de ver a los etarras como unos luchadores románticos. Pero además de ETA, están las relaciones comerciales, o energéticas, que tienen una importancia sustancial. De manera que la visita de
Nicolás Sarkozy tiene una especial relevancia, sobre todo porque hay que reconocer que el actual presidente francés viene llevando a cabo una política de buena vecindad con España.
Por eso resulta una autentica estupidez que algunos se empeñen en poner de relieve como lo más destacado de esta visita la presencia de la esposa de Sarkozy, Carla Bruni, quien, sin duda, tiene un importante tirón mediático y no pasa inadvertida en ninguna parte, pero francamente su presencia en este viaje no puede convertirse en lo más importante. Además quienes quieren reducir a Bruni al papel de "percha" se equivocan, porque esta señora es sin duda algo más. Quiero decir que más allá de su belleza o de su talento como maniquí y cantante, es una mujer que quienes la conocen dan fe de su inteligencia. Y supongo yo que a una mujer inteligente la irritará que resuman su presencia a comentar qué modelo de traje lleva.
Son muchos los intereses que miden las relaciones entre España y Francia y cuidar de esos intereses, lograr una buena relación con el Gobierno francés, asentar la colaboración y entendimiento que se vienen dando en los últimos años, es una tarea importante para nuestra diplomacia y los responsables políticos, y no colocar el foco de la visita del presidente de Francia en con quien almuerza su esposa o que traje lleva en la cena de gala.