Dos establecimientos centenarios lucen, desde este martes, en su portada la placa que les acredita como tales. En concreto, se trata de la Librería Médica Nicolás Moya y la Farmacia Central de la Victoria. Con éstos son ya 18 los establecimientos madrileños distinguidos por el Ayuntamiento dentro del programa que lleva a cabo el área de Economía y Participación Ciudadana en reconocimiento de la trayectoria y la labor de las tiendas más antiguas de la capital.
Los restaurantes Lhardy, Ciriaco, Casa Labra; las farmacias Real Botica de la Reina Madre, Colomer y Central de la Victoria; la librería Hernández y Nicolás Moya; la pastelería El Pozo; las tabernas Casa Alberto y Antonio Sánchez; la jalmería Casa Vega, y la librería Gabriel Molina han recibido la placa, diseñada y dibujada por Antonio Mingote, durante 2006 y 2007. A ellos se unirán en sucesivas fechas hasta cuarenta comercios que tienen en común, además de la antigüedad, la calidad de sus servicios, y su afán de renovación y de adaptación a los nuevos hábitos de consumo y a la demanda de su clientela.
Todos ellos han logrado sobrevivir, en la mayoría de los casos en el mismo emplazamiento en el que se inauguraron hace más de un siglo, ganándose la confianza de varias generaciones de madrileños. En concreto, la Librería Médica Nicolás Moya, ubicada en la actualidad en la calle Carretas, 29, fue la primera librería especializada en medicina en España. Se fundó en Madrid en 1862. Primero fue la librería de Ignacio Boix, en el número 8, la de Tomás Jordan, y la de Vicente Matute, mentor de Moya. Cuando el mentor de Nicolás pensó en cerrar, Nicolás junto con su socio Plaza elaboraron un proyecto ambicioso y decidieron especializar la librería en un tema concreto y sin precedentes hasta entonces: la medicina.
Posteriormente fue designada por el Instituto Hidrográfico de la Marina de Cádiz, para la venta de sus cartas náuticas y publicaciones oficiales, ampliando de este modo su fondo con libros para la navegación deportiva, navegación profesional y demás obras relacionadas con el tema náutico. En 1977 Moya comenzó a imprimir obras médicas. La librería se completó con tertulias dirigidas por Federico Oloriz, a las que asistieron Ramón y Cajal, Simón Hergueta y Rafael Ulecia, entre otros.
Por su parte, la farmacia de la Victoria, ubicada en la calle Victoria, 6, nació en el año 1864. En la actualidad, es Francisca Yeste Moreno quien está al frente del negocio, un local de pequeñas dimensiones pero con un mobiliario que se remonta a los tiempos del botamen de porcelana blanca y piezas de cerámica talaverana del siglo XVIII; del mobiliario de madera blanca y los estantes de cristal sobre fondo de espejo.