Gerardo Chávez, agregado del ICE en la embajada de EE.UU. en Caracas entre 2000 y 2005, se declaró culpable en noviembre pasado de recibir más de 170.000 dólares en sobornos y aceptar la promesa de otro pago por 87.000 dólares a cambio de ordenar la compra de vehículos blindados para diversas embajadas de América Latina.
Según el diario El Nuevo Herald, además de los sobornos, Chávez percibió otros 250.000 dólares procedentes de inversiones "en el polémico mercado paralelo de divisas de Venezuela".
"Pérez, quien no afronta cargos y colaboró con la investigación del FBI (Oficina Federal de Investigaciones), obtuvo en marzo pasado un plazo de sesenta días para explicar el origen de los fondos", señaló el periódico.
Agregó que, en el momento de iniciarse la investigación, el funcionario del ICE había sido ascendido a subdirector de Operaciones Internacionales en Washington.
Chávez fue condenado en un tribunal del estado de Virginia a siete años y medio de prisión por los cargos de aceptación de soborno y lavado de dinero, indicó el rotativo de Miami.
Las autoridades estadounidenses confiscaron además propiedades, cuentas bancarias de Chávez y los fondos depositados en un banco de Miami a nombre de Roberto José Pérez Hernández, presidente y propietario de Blindajes del Caribe (Blincar), empresa de
Caracas implicada en el pago de sobornos.
La Fiscalía señaló como agravante el hecho de que Chávez aprobase la cantidad de 325 trámites preferenciales para expedir visados estadounidenses a solicitud de amigos empresarios o como favores.
En total, prosigue el rotativo, el Gobierno estadounidense adquirió 57 automóviles, de los cuales 45 fueron blindados y entregados en agosto de 2007, cuando Chávez se enteró de la investigación, indicó el periódico.
Como parte de un acuerdo con la Fiscalía, Chávez se comprometió a colaborar con el Gobierno estadounidense.