Por fin sale Neira
martes 14 de abril de 2009, 17:03h
Seguramente no lo pensó, no estableció los pros y los contras, no sopesó que se podía meter en un lío y precisamente por eso se ha valorado tanto su acción. Actuar como él lo hizo implica un grado de convencimiento, un compromiso personal que, a quienes lo poseen, les impide plantearse cuestiones accesorias que, al resto, les suele pesar más. Quienes tienen afianzadas estas creencias, ante un maltrato, actúan sin importarles las consecuencias.
En este caso las consecuencias estuvieron a punto de ser trágicas al sufrir una lesión que le dejó en coma. En otros, la falta de un valedor que interceda por la víctima, acaba mucho peor: con una mujer muerta sobre la acera o en el salón de su casa.
Neira sale por fin del hospital y quienes le consideramos un ejemplo respiramos más tranquilos.A la vista de que el año pasado murieron 90 mujeres por violencia doméstica está claro que se necesitan muchos más Neiras para acabar con una lacra que parece ir por libre, ajena al esfuerzo de los últimos años, que ha supuesto un sensible incremento de las medidas judiciales y policiales.
Ahora Neira será felicitado, invitado y acuciado por los medios de comunicación. Y con razón. Incluso su figura intentará ser rentabilizada políticamente.Quizás por ahí van los tiros de la Comunidad de Madrid para convertirle en presidente del Consejo Asesor del Observatorio Regional de Violencia de Género. Si Neira ha aceptado será porque piensa que es capaz de transmitir ese convencimiento a la sociedad. Con que lo lograra en una mínima parte, la sociedad madrileña sería mejor.
Y aprovechando su salida del hospital tras la friolera de 256 días pediría a las autoridades un mayor esfuerzo por concienciar a la sociedad madrileña -desde los colegios a las residencias de ancianos- y por educar a tantos que continúan anclados en una educación trasnochada, unos valores equivocados y un concepto de la igualdad basado más en las palabras que en los hechos.