El mal uso del Parlamento

El PP, del que seguimos sin saber qué ofrece para mejorar la vida de los cántabros, pretende enredarnos en sus obsesiones. Por el Parlamento de Cantabria han desfilado el Plan Ibarretxe, el Estatuto de Cataluña, la política antiterrorista y ahora lo que califican de excarcelación --mentira, se trata de prisión atenuada a falta de cumplir 18 meses de prisión por un delito de opinión-- del etarra Iñaki De Juana Chaos.

En base a esa mentira el PP quiere reprobar al presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, y al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero los populares sólo tomarán como palanca el caso nacional. Su intención, tanto al presentar la iniciativa como en sus discursos preparatorios, es atacar al PRC y más concretamente a sus líder, el presidente del Gobierno, Miguel Ángel Revilla.

¿Obsesión? No principalmente. Es una estrategia electoral. Y es que la sangría de votos del PP beneficia al PRC. No es que lo diga la encuesta publicada este fin de semana por Alerta, que también, es que todos los sondeos realizados hasta ahora, sea cual sea el partido, institución o medio de comunicación que lo ha encargado, confirman el dato. El PP pierde votos y escaños. Los mismos que ganan los regionalistas. El PRC es un partido de centro con grandes simpatías entre el electorado de derechas no sectario.

El PP, en su deriva extremosa, incapaz de reconocer los errores nacionales y regionales que le hicieron perder el Gobierno de Cantabria primero y las elecciones generales un año más tarde, arremete contra los regionalistas viendo en ese partido causa (de sus males) y no efecto (de sus equivocaciones). Entre los conservadores hay quienes se han dado cuenta del peligro de quedarse sin socio posible para gobernar, pero ya no hay tiempo para cambiar de estrategia.

El PP cántabro avanza irremisiblemente hacia las elecciones municipales y autonómicas subido al carro de las grandes causas nacionales que un día sí y otro también le marcan los Rajoy, Acebes y Zaplana.

Hoy, ante los representantes del pueblo cántabro escenificarán un nuevo espectáculo de mentiras. Habrá que denunciarlas, pero sin caer en su juego. A los cántabros nos interesa hablar de un futuro mejor para nuestros municipios y de Cantabria. Un asunto sobre el que el PP parece tener muy poco que decir. Es su problema.