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El portero de Alcalá dice que uno de los ocupantes de la Kangoo le impresionó porque "iba muy tapado"

Uno de los Tedax asegura que el explosivo de la mochila de Atocha se parecía a la Goma 2 ECO

lunes 19 de marzo de 2007, 17:20h

En la sesión de este lunes en el juicio por los antentados del 11-M, un subinspector de los Tedax  ha explicado que, tras su examen del artefacto explosivo localizado en Atocha, el color de la sustancia hallada en la bolsa del primer vagón del tren podría corresponderse a la Goma 2 ECO, si bien recalcó que no fue ni su función ni su prioridad en ese momento determinar la tipología del material explosivo. Por su parte el portero de la finca de Alcalá de Henares situada en las cercanías de la estación de tren de éste localidad madrileña declaró que se fijó en los ocupantes de la furgoneta Kangoo aparcada cerca de su portal porque le impresionó uno de ellos, que "iba muy tapado" a pesar de que no hacía excesivo frío aquella mañana.

A preguntas de la defensa del acusado Rafa Zouhier, quien le interrogó sobre las posibles formas de análisis con las que se puede reconocer el explosivo, el testigo señaló que "el color era parecido" al de la Goma 2 ECO. También dijo que no prestó atención al olor de la sustancia puesto que en las condiciones en la que se encontraba el andén "no se podía oler nada".

El tedax apuntó que sí había tenido contacto previamente con el explosivo Goma 2 Eco -a diferencia del resto de miembros de los TEDAX que comparecieron anteriormente ante el tribunal- y explicó que dicha sustancia suele recogerse en "cartuchos" y no en forma de masa, como apareció en el caso de bolsa no explosionada en la estación madrileña.

Volvió a incidir que tanto él como su compañero, ante el aviso de otro miembro de la unidad allí desplegada, inspeccionaron la bolsa sospechosa y determinaron de manera positiva que se trataba de un artefacto explosivo contenido en una bolsa de basura azul dentro de una mochila "normal, como la que portan los estudiantes".

También determinó que ambos palparon el contenido y apreciaron que la sustancia que portaba era "parecida a la plastilina" y que ésta no desprendía olor alguno.  Además, corroboró su declaración inicial ante el juez instructor del caso, Juan del Olmo, y recalcó que aunque en el momento de la inspección sonaban varios teléfonos móviles, en el interior de ese vagón no se escuchaba el sonido de ningún aparato. También subrayó que todo lo que se halló fue correctamente clasificado y llevado a las dependencias de la unidad central de este cuerpo.

Además, tanto él como el otro de los subinspectores que también ha declarado en el juicio, aseguran que el artefacto explosivo de la mochila hallada en la estación de El Pozo aseguraron hoy que el tipo de explosivo de esta bolsa era el mismo que el del artefacto que se encontró en el tren de Atocha sin explotar y el recogido en el piso de Leganés (Madrid).

Portero de Alcalá
Otro de los testigos llamados a declarar ha sido el portero de la finca de Alcalá de Henares situada en las cercanías de la estación de tren, quien ha declarado que se fijó en los ocupantes de la furgoneta Kangoo aparcada cerca de su portal porque le impresionó uno de ellos, que "iba muy tapado" a pesar de que no hacía excesivo frío aquella mañana.

El conserje explicó que el 11 de marzo de 2004 se dirigía a las siete de la mañana a la estación para recoger la prensa gratuita, como hacía habitualmente, cuando vió a tres personas en el vehículo que le resultaron "sospechosas". Una de ellas bajó del coche, muy abrigado y con un gorro y cogió "una mochila y un bolso" -dos cosas en cualquier caso- y se encaminó andando delante de él hacía el punto de salida de los trenes.

Explicó que su primera impresión fue que se trataba de extranjeros. Reconoció que ante la policía dijo que podían tratarse de personas de países del este y explicó que pudo ser una "deducción mal hecha" ya que la tez de los desconocidos era "bastante clara".

Tres años intentando olvidar
Cuando regresó a su portería la Kangoo continuaba aparcada en el mismo lugar pero ya no había nadie en el interior y la furgoneta estaba cerrada, dijo. "Después me entero que está pasando y, por pura intuición, pienso que tienen algo que ver", añadió. "Sopesé mucho todo esto, antes de decirselo a la policía", relató el portero que explicó que incluso llegó a plantearse que podía meter en problemas a gente inocente. "Lo medité mucho y decidí decírselo al presidente de mi comunidad, él habló con la policía y vinieron a preguntarme", agregó.

El conserje -que en un momento de la declaración llegó a decir que lleva "tres años" intentando "olvidar esto"- indicó que, a pesar de que la policía le enseñó fotografías, no pudo reconocer a nadie porque a la persona que mejor vió, la que caminaba delante de él hacia la estación, sólo pudo verle los ojos. Puso, además, de manifiesto que "nadie" le ha dicho lo que tiene que decir y añadió: "ni que se le ocurra a nadie".

 

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