El dragón de La Elipa, el símbolo de este barrio de Ciudad Lineal, presenta un deterioro muy grave. Mientras tanto, los niños del barrio juegan junto al monumento, que está lleno de basura y con salientes metálicos oxidados. El Ayuntamiento prometió acondicionarlo en este primer semestre.
Deslucido, desescamado, mudo y abandonado. Así se encuentra el dragón sedente de La Elipa. En los ochenta del siglo pasado, la escultura, situada en la avenida de Marqués de Corbera, era todo un icono para el barrio y entre los niños. Era uno de los parques infantiles más famosos de la ciudad. El monstruo no arrojaba fuego sino niños por el tobogán que concluía en su boca. Un símbolo que aparecía hasta en los títulos de crédito de 'Barrio Sésamo' como tótem infantil, da nombre al colectivo okupa que reside en el edificio abandonado del cementerio y a la carrera invernal por el pinar del barrio. De hecho, hasta pidieron que la estación de Metro estuviese junto al dragón y llevase su nombre.
Pero los años le han pasado factura y la administración no le ha ayudado mucho a mejorar. Hace unos meses se tapió la boca del tobogán y casi todos los respiraderos y entradas a su estómago, donde los niños jugaban al escondite. Los grafitis y los destrozos por actos vandálicos se sucedieron, y los vecinos ya daban por perdido este icono. De hecho, hubo movimientos en el seno municipal en ese sentido, pero los vecinos se levantaron contra la muerte de la simpática sierpe.
Abandono
Madridiario ha podido comprobar con los vecinos cómo la escultura está abandonada y llena de basura. A pesar de que los niños juegan allí, no se ha saneado la zona a la espera de una mejor solución. Según Antidio Vinuesa, presidente de la asociación de vecinos 'La Nueva Elipa', el monumento está bastante deteriorado. "Tal y como está, se nos viene abajo cualquier día".
El portavoz vecinal recuerda, no obstante, que el Pleno de la Junta Municipal de Ciudad Lineal se comprometió a recuperar el dragón en el primer semestre de 2009. El plan municipal contemplaba restaurar y conservar la escultura como monumento porque no reúne las condiciones para ser zona infantil. Hasta ahora se han retirado los columpios que estaban al lado para acondicionar el entorno. La vida del dragón todavía está dentro de plazo.