Alfonsín

Falleció Raúl Alfonsín. El estadista, el demócrata convencido, el luchador incansable.

Su vida pública tiene hitos indelebles. Durante los años de plomo siempre impugno la violencia como método de acción política frente  a la mayoría que descalificaba la “condición reformista de la democracia burguesa”

En los albores de la democracia tuvo el coraje necesario para desairar la historia de impunidad de America Latina y sentar en el banquillo de los acusados de los tribunales democráticos a los autoerigidos “señores de la muerte” en la noche autoritaria.

Tuvo la sensatez de terminar con el conflicto limítrofe que casi terminó en guerra por la sinrazón de las dictaduras gobernantes de Chile y Argentina

Fue capaz de desafiar los bolsones de oscurantismo de la sociedad para impulsar y consagrar legislativamente el divorcio vincular y la patria potestad compartida.

Cierto es, como resulta obvio, que sus puntos de vista y posiciones políticas pueden ser opinables pero lo que nadie puede hacer, de buena fe, es dejar de respetarlo

Por eso, tal vez, su principal legado sea el demostrar que un hombre público puede ser fiel a sus convicciones a la vez que integro en su conducta personal. A estas alturas, debemos convenir, que eso no es poco