"Necesitamos obtener resultados; no hay opción. La crisis es demasiado seria como para que celebremos una cumbre para nada", dijo Sarkozy, que ha estado presionando a sus colegas del G20 a adoptar un nuevo marco regulatorio de las finanzas mundiales.
Entretanto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, partió hacia Europa con una apretada agenda destinada a enfrentar la crisis financiera global, y buscar apoyo para su nueva estrategia en Afganistán.