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La financiación, pendiente de un encuentro entre Montilla y Zapatero

La financiación, pendiente de un encuentro entre Montilla y Zapatero

lunes 30 de marzo de 2009, 14:21h
La financiación catalana está encallada y las grandes tormentas financieras que afectan a España no ayudan a buscar una salida. Pintan bastos y en Madrid y Barcelona se sabe.
La semana pasada el consejero Saura reveló” las cifras que ofrecía Solbes, 1.200, 1.400 y 1.600 millones de fondos adicionales de forma que cada año se incrementasen. Lo hizo a sabiendas que se formaría un escándalo en Cataluña capaz de tapar el conflicto de las duras intervenciones de la policía catalana contra estudiantes insurrectos.

    En el gobierno catalán todos miran a ERC, que mantiene su apuesta por el tripartito pese al desgaste que esta le supone. Los republicanos han advertido diversas veces que la financiación es clave. Tienen  fuertes disensiones internas y aceptar algo muy alejado de lo que reza el Estatuto seria causa de revuelta interna.

    En la oposición, CiU se relame. Aunque fue quien pactó el Estatuto del que emerge la financiación, no se corta y ha hecho públicas hasta cinco cifras de lo que sería imprescindible que recibiese Catalunya para estar bien financiada. A su lado tiene al mundo económico que por boca del presidente de la cámara de comercio de Barcelona, Miquel Valls, ha dejado claro que no aceptará menos de 3.600 millones adicionales.
El PP catalán mantiene una posición ambivalente, porqué insiste en que la financiación de Catalunya no es suficiente pero mantiene en todos sus términos la oposición al nuevo estatuto y a la financiación que de él se desprende. A pesar de todo el PP catalán mantiene posiciones sin desgaste, que no es poco.

Montilla ha decidido poner sordina a la negociación: ha dejado claro que de este tema sólo hablaran el y el consejero de economía, Antoni Castells.  No quiere romper la relación privilegiada que el PSC mantiene con el PSOE.  Tampoco puede dar una imagen de tibieza en la defensa de Catalunya. En el entorno del President de la Generalitat se considera que un encuentro discreto con Zapatero puede resituar la controversia. En todo caso se quiere cerrar el problema antes de las elecciones europeas, en caso contrario se teme un fuerte voto de castigo al PSC en Catalunya.

    En todo caso, el problema central no es ni de cifras, indican en el departamento de Economía y Finanzas catalán, sino asegurar que lo que se incluye explicitamente en el Estatuto se contemple en el acuerdo “luego las cifras se pueden modular”. Pero esto choca con lo que Solbes plantea: que lo pactado se ratifique en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, con las otras autonomías y que el mecanismo para compensar los déficits de financiación sean los nuevos fondos de compensación.

    De hecho, han transcendido aspectos de la negociación bilateral que van en esta línea. Así, se ha filtrado que desde Madrid se han ofrecido alternativas a la cantidad neta de aumento. La fórmula sería incrementar dotaciones como el plan de Cercanías de Barcelona o los fondos para inversión en Obra Pública del Estado en Catalunya. A esto responden desde la capital catalana que sería mantener eternamente la negociación sobre fondos año a año.

Saura cierra en falso la crisis de los Mossos



Ya está. La crisis en el departamento catalán de Interior se ha cerrado, pero todo da a entender que en falso. Joan Saura ha soltado lastre y ha echado al director general de la policía catalana, Rafael Olmos. Parece que se quería también deshacer del segundo de a bordo de dicha policía, Joan Delors pero no ha sido posible. La razón es que el presidente Montilla ha decidido que Delors, que ha trabajado con gobiernos de CiU y del tripartito, ha de seguir en Interior. Alguien ve en esta protección el intento del PSC de controlar interior por personas interpuestas.

    Los problemas en la consejería que ostenta Saura se mantienen. Siguen existiendo dos bandos, el de los profesionales de toda la vida y el de los dirigentes “políticos” que han desembarcado con Saura. Curiosamente la crisis se ha resuelto con la cabeza de Olmos, un político miembro de ICV.
Lo que queda pendiente es el encaje del papel que ICV-EUIA al frente de la responsabilidad del orden público en Catalunya y la comprensión de sus votantes, simpatizantes y militantes. Las reacciones contra las cargas de los mossos d'Esquadra de la militancia de ICV son desconocidas en otros partidos. La tradición reivindicativa de la gente que procede de viejo PSUC hace que muchos de ellos no entiendan que se asuma el desgaste de comandar la policía, más cuando esta policía ha empezado a tener que asumir lo que implica su normalización, más allá de la aureola que todo cuerpo de nueva fundación tiene, con las primeras condenas por malos tratos a algunos de sus componentes y diversos procesos abiertos por actuaciones nada ejemplares.

    Todo parece indicar que por una parte la mala conciencia de los miembros de la coalición rojiverde y por otra actuaciones clamorosas como las vividas recientemente en Barcelona van a dar la razón a los que desde posiciones conservadoras defienden que alguien como Joan Saura, que representa políticamente la crítica al sistema no puede hacerse cargo de la responsabilidad del mantenimiento del orden público.
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