En Medicina existe una regla de oro muy clara: prevenir es mucho menos costoso que curar, sobre todo si se trata de un mal que nada más en Venezuela cobra la vida de más de 1.500 mujeres cada año, como lo es el cáncer de cuello uterino.
El 26 de marzo fue el Día Nacional de la prevención de este tipo de cáncer, el que a más mujeres mata. Todos los especialistas en la materia coinciden en que las medidas para eludirlo deben comenzar desde la adolescencia de la mujer -que pasan herramientas clínicas hasta estrategias de impacto social- antes de que inicie su vida sexual: "Con una sola estrategia nunca voy a poder pretender que el cáncer desaparezca de nuestras estadísticas. Deben hacerse cosas conjuntas que además impliquen la educación de hombres y mujeres y exigir que se hagan la citología, que se entreguen los resultados oportunamente, que sean tratadas y diagnosticadas a tiempo para que esas estrategias tengan algún impacto", estimó Lina Trujillo, subdirectora general de Atención Médica y Docencia del Instituto Nacional de Cancerología de Bogotá, quien participó en el XXV Congreso Nacional de Obstetricia y Ginecología.
En el caso de las vacunas -Gardasil y Cervarix- que atacan al virus de papiloma humano (VPH), que causa cerca de 70% de los casos de este tipo de cáncer, hay especialistas que sugieren su aplicación desde los nueve años, justo antes de que la mujer tenga su primera relación íntima, porque es esa la etapa de vida cuando son más propensas a contraer el virus y desarrollar la enfermedad.
Algunas estimaciones que pecan de optimistas, consideran que si todas las niñas de nueve años se aplicaran este fármaco preventivo, en un lapso de diez años podría desaparecer el cáncer de cuello uterino.
Eva Martínez, de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela, manifestó que el cáncer es una enfermedad en la que "sólo 20% se atribuye a causas de tipo genético; el mayor peso del problema (80% restante) recae sobre factores externos que pueden ser controlados con simples medidas de prevención".
Aprobación en espera Las dos vacunas contra el VPH todavía están siendo estudiadas por las autoridades venezolanas para autorizar su aplicación en el territorio nacional. Ambos fármacos han recibido críticas por supuestos efectos secundarios y por no establecer el tiempo que ofrecen inmunidad.