“Le insto a ser uno de los artífices que puede contribuir al acuerdo de todos los partidos políticos, y en ese objetivo tendrá toda la autoridad, todo el respaldo y la confianza del Gobierno”. La frase del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, instando al portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, a hacer uso de sus ‘buenos oficios’ como mediador con el PP, ha quedado para la historia.
Las tensas relaciones que mantienen los dos líderes políticos han llegado a tal punto que ni socialistas ni populares ven posibilidad alguna de que se recomponga la situación. Pero no sólo son los dos grandes partidos los que no vislumbran luz al final del tunel. También en los demás grupos del Congreso creen que en estos momentos es imposible que se produzca un encuentro entre el jefe del Gobierno y el líder de la oposición.
El mismo Duran i Lleida ha tirado definitivamente la toalla en ese papel de ‘mediador’ que finalmente aceptó para rebajar la tensión entre ambos y que se tradujo en varias conversaciones con Rajoy y Zapatero. El portavoz de CiU reconoció a este diario que hace tiempo que ni lo intenta.