En días como hoy cuando las noticias son sosas y no tienes casi ningún tema de qué hablar, resulta que te vas cabreando poco a poco y lees, de repente, un estudio de la Universidad de Harvard que dice que cabrearse es bueno para mejorar en el trabajo. ¿Qué tal? Dice, y si lo dicen los de Harvard, fijo que es cierto, que enfadarse no sólo es bueno para el organismo, sino que además puede ayudar a ascender en el trabajo.
Pues bien, como yo soy muy poco dada a reprimir mis emociones y Harvard me avala, a partir de ahora, me voy a enfadar todos los días un poquito. Pero no en el trabajo que bastante tienen ya con aguantarme sino en la calle, con todo el mundo. Y es que tengo una cantidad ingente de motivos para cabrearme cada día.
Sigue el estudio (no tiene desperdicio) que la gente piensa que el enfado es una emoción terriblemente peligrosa. La gente, la gente, siempre la gente. Pues yo no soy esa gente. Yo siempre he pensado que cabrearse es bueno. Que decir cuatro verdades con un tono más elevado de voz es hasta liberador. La persona que recibe los gritos se siente ofendida y es que suelen ser los que primero te dicen cuatro frescas sin levantar el tono de voz y se quedan más anchos que largos y esperan que te comportes como Preysler y no levantes ni una ceja.
En general no está bien visto que las personas expresen sus deseos y sus emociones. Decir a una persona lo que verdaderamente piensas tiene sus desventajas. Te puedes quedar sin amigos. Pero es una experiencia de lo más reconfortante. De hecho pocas personas son verdaderamente libres para decir lo que piensan y para actuar dentro de los parámetros de sus apetencias y sin concederle el mínimo tiempo a lo que los demás puedan opinar. Esas son las personas que me gustan. Lo malo es que andan escasas y encontrarlas es difícil.
Sin embargo, lo que sí abunda es lo contrario. Lo que está dentro de la normalidad. O sea, los aburridos que te mueres. Pero, aún hay más. Si los que se salen de la norma son mujeres, ya la tenemos liada. De hecho, si un hombre se enfada suele decirse que tiene carácter, mientras que si lo hace una mujer es, directamente, una histérica. Bueno, son dos maneras de ver la misma realidad.
Yo, desde luego, voy a hacer caso al estudio de Harvard y me voy a enfadar todos los días un poquito. Total, los acontecimientos del día a día en este país no son para menos.
PD: Por la cifra del paro no me voy a enfadar, directamente me voy a poner a llorar