Según los organizadores de este salón, desde su creación en 1999 han transcurrido ocho ediciones ganando terreno y prestigio dentro del sector hasta convertirse en el segundo Salón nacional, y en un importante centro de negocio de esta industria. El Salón Náutico está consolidado, como lo constata la creciente presencia de primeras firmas de astilleros y empresas náuticas. Una feria donde se perfilan las tendencias del mercado y donde se exhibe la capacidad innovadora, tecnológica y de diseño de cada uno de los segmentos que integran el sector.
A ello se suma el entorno favorable en el que se enmarca El Salón Náutico de Madrid propiciado por el excelente momento que vive la náutica en España, y por los grandes eventos internacionales deportivos que han puesto su mirada en nuestro país, como la Copa América o la Volvo Ocean Race, lo que ha favorecido el interés de los aficionados y del gran público de acceder al mundo de la náutica de la mano del Salón.
Los motivos que animaron a Ifema a emprender este proyecto fueron diversos y de relevante peso. El posicionamiento de Madrid como una de las primeras comunidades con mayor número de licencias de deportes náuticos expedidos dentro del territorio nacional, así como la capitalización por parte de esta comunidad del 30% de las ventas de embarcaciones que se efectúan en España, fueron los dos principales pilares en los que se apoyó la indiscutible viabilidad de esta importante convocatoria.
Según su director, Alfonso de Borbón, "la primera fue la edición más complicada, tuvimos que asentar los pilares del Salón, hasta que las empresas náuticas, a las que hay que agradecer su apuesta y dedicación, entendieron que la muestra iba a potenciar el sector en la zona centro, que es hoy por hoy el primer mercado para la náutica de recreo nacional".
Una evolución rápida
Desde ese primer salón, que arrancó con una superficie de exposición de 7.000 metros cuadrados y la presencia de medio centenar de embarcaciones, se ha producido una rápida evolución hasta alcanzar en 2007, por encima de los 50.000 metros cuadrados (26.000 netos) y más del medio millar de embarcaciones, con una oferta diferenciada y unas ventas que han avalado la rentabilidad de la muestra madrileña.
"En el Salón Náutico de Madrid las empresas valoran su participación por los resultados económicos", dice el director. "Las firmas no acuden para realizar test de producto o para cerrar catálogo de novedades con los distribuidores; en este gran salón interior se viene a vender, confirmando el dato de que la Comunidad de Madrid y toda su zona de influencia acapara un alto número de aficionados y compradores" añade Alfonso de Borbón.
En los últimos años, destaca también el incremento de las esloras, con embarcaciones de más de 56 pies, siendo para el certamen un año clave el celebrado en 2006 por la ampliación de la superficie expositiva que requería la demanda empresarial , y que permitió dar entrada a grandes barcos y augurar niveles de participación muy relevantes en próximas ediciones. "Por su rentabilidad, por la participación y por la presencia e interés de las grandes multinacionales del sector se prevé que la demanda de espacio siga creciendo así como el incremento de la disponibilidad de superficie del Salón" señala el director de la muestra madrileña.