Miro del derecho y del revés las declaraciones del presidente conservador, Ignacio Diego, pero no hay referencia alguna a esos problemas tan destacados. Es más el Partido Popular cántabro lleva 48 horas hablando de De Juana Chaos, problema que si es, que lo es, nada tienen que ver, se mire por donde se mire, con Cantabria.
Espero, no obstante, que Diego nos ilustre en el futuro sobre esas otras cuestiones pendientes de mayor calado a las que hacer frente. Y que se manifieste sobre si le parece importante o no, por ejemplo, participar, como propone la dirigente socialista Lola Gorostiaga, en codirigir la seguridad ciudadana.
O tener arte y parte en las políticas de inmigración. Diego debería responder si le parece nimio, baladí y no merecedor de atención alguna el cogestionar infraestructuras como el puerto, la confederación hidrográfica, el aeropuerto o el Centro Meteorológico.
Tal vez resulte banal poder hacer realidad, reforma del estatuto mediante, un modelo de financiación autonómica que "garantice" la suficiencia para pagar los grandes servicios públicos, con espacios fiscales propios que ayuden a financiar esos servicios.
Pero estoy abierto a rectificar si Diego me demuestra que los cambios propuestos por Gorostiaga no merecen atención alguna. Aunque adivino las intenciones del dirigente conservador cuando anuncia que si se da el caso participara en la reforma estatutaria para que Cantabria no se queda atrás.
Como en Andalucía para apuntarse la medalla si todo va bien o llamarse andana si las cosas no salen como estaban previstas. Y eso, aquí y en Lima, se llama oportunismo.