Una ‘jaima’, casi tan grande como la propia Casona municipal, que cubre más del 50% de la plaza del Ayuntamiento de Santander y oculta casi totalmente la visión del edificio consistorial, provocando el asombro de propios y extraños. Queden despejadas las dudas de la ciudadanía sobre el destino de tan gigante carpa, expuestas anoche en una encuesta de urgencia realizada por los servicios informativos de Tele Bahía.
En la monstruosa tienda de campaña se va a exponer el avance del Plan General de Ordenación Urbana de Santander, aprobado provisionalmente, y cuya redacción definitiva deberá ser acordada por la próxima corporación municipal: la que salga de las elecciones de mayo próximo.
Quiero decir que lo que se va a exponer son intenciones, buenos deseos y un proyecto sin más validez que las promesas electorales. Y son esas promesas de carácter electoral a las que se quiere dar énfasis, carta de naturaleza y verosimilitud exponiéndolas en lo que pretende aparentar ser una exposición oficial y que en realidad se trata de un acto de propaganda partidista del PP.
Cierto que el Ayuntamiento está obligado a exponer al público el proyecto de PGOU, para que se puedan presentar alegaciones, pero hasta ahora esa obligación legal se había cumplido las más de las veces con nocturnidad y propensión a la clandestinidad. En el otro extremo está la jaima levantada en el centro de Santander, cuyo coste sería bueno conocer para saber si el esfuerzo merece la pena o no.
Porque la información al ciudadano, si eso es lo que de verdad se pretende, estaría de sobra cumplida con la exposición en algunos de los lugares inicialmente destinados a dichos menesteres: el Palacio de Exposiciones o el sótano del Mercado del Este. De ambos edificios se dijo en su día que con la inauguración de sus instalaciones acabaría la proliferación de carpas por plazas y calles.
Pero una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. Por ejemplo, aún están frescas en la memoria las criticas del dúo popular Piñeiro-De la Serna por la colocación de carpas en el recinto portuario. Un atentado estético, dijeron. ¿Cómo definirían entonces a lo que nos han colocado en medio de la principal plaza de la ciudad?
Informar sí, pero adecuando los medios al objetivo. El PP, tan preocupado por el coste de la publicidad de otros, debería dar cuenta del dinero invertido en su propagandística y monumental carpa. Piñeiro y De la Serna le deben una explicación a los santanderinos. Más el segundo que es, al fin y al cabo, el que se presenta a las elecciones.