Dargham al Zaidi había denunciado a la BBC la situación en la que se encontraba su hermano y expresado sus temores de que éste podría haber sido trasladado a un hospital del Ejército de Estados Unidos. Asimismo, dijo que a pesar de todas las ofertas recibidas no ha tenido acceso a ninguna defensa desde que fue detenido el pasado domingo. Posteriormente, sin embargo, se supo que compareció ante un juez en compañía de un letrado.
El tribunal decidió mantener al periodista bajo custodia y, después de que el juez complete su investigación, podría enviarle a juicio en virtud de la cláusula del Código Penal iraquí que estipula un delito el intentar asesinar a presidentes iraquíes o extranjeros. Según Birqadr, la sentencia por este delito podría llegar a los 15 años de cárcel.
Dargham al Zaidi había explicado a la BBC que su hermano había sufrido aparentemente malos tratos desde su arresto el domingo tras lanzar sus dos zapatos a Bush y llamarle "perro", el peor insulto para los musulmanes. Asimismo, indicó que Al Zaidi compró deliveradamente un par de zapatos de fabricación iraquí en una tienda de la calle Al Khyam, uno de los centros comerciales más conocidos de la capital.
Apoyos
El pueblo iraquí, sobre todo los chiíes, se ha volcado con el reportero. Cientos de personas se han manifestado en su apoyo y desde todo el mundo árabe llegan ofertas para comprar los ya famosos zapatos. Miles de iraquíes se echaron a las calles por segundo día consecutivo para pedir la liberación del periodista. Según informa la agencia china de noticias Xinhua, en Mosul (norte), cientos de manifestantes se congregaron ante la universidad con pancartas para reclamar su puesta en libertad y calificándole de héroe nacional.
Entre los numerosos llamamientos a su puesta en libertad está el de la Federación Internacional de Periodistas (IFJ, por sus siglas en inglés), que manifestó que el acto de Al Zaidi refleja el
"profundo odio ante el trato que recibien los civiles iraquíes durante la ocupación en los últimos cuatro años en los que los periodistas han sido sus mayores víctimas".