Los periódicos vascos revisaron las cifras y concluyeron que, a pesar de las grandes exhibiciones y planteamientos optimistas del lehendakari
Ibarretxe, "
desgraciadamente la crisis ya nos ha alcanzado": en el tercer trimestre del año la economía vasca había crecido "sólo" un 0,3% respecto al trimestre anterior. Y, ya "
en tiempo real", aparecen por un lado y otro informaciones de cierres temporales o de vacaciones forzosas en las grandes fábricas como Fagor, Arcelor, Maier y empresas de complementos del automóvil , básicas en la economía vasca que suponen un etc.etc de crisis sectoriales que no podemos prever todavía.
El gobierno vasco venía manteniendo machaconamente desde el comienzo de la crisis, -por convencimiento, por estrategia de gobierno, por motivaciones estimuladoras nacionalistas- , que la economía vasca está preparada para superar la tormenta económica con más éxito que la economía española y que las otras economías europeas.
Esta fortaleza se debería primero a que la economía vasca se basa en una industria muy renovada tras las recientes transformaciones que ha sufrido en la década de los 90, (modernizándose tanto en sus objetivos y sistemas de producción cuanto en la diversificación de sus mercados en España, Europa y fuera de Europa, en Suramérica y Asia sobre todo); segundo, la industria vasca ha diversificado sus objetivos y no dependía tanto del ladrillo como la economía española; tercero, la inversión en I+D había crecido espectacularmente (1.090 millones de euros, 20% + que en 2007); cuarto, el paro era relativamente bajo: 6,27% (o según el Eustat el 3,5%).
El entramado industrial vasco, tanto en la empresa "
familiar", pequeña o mediana, guipuzcoana, como en la tecnologizada industria vizcaína y alavesa, siguen gozando de un entorno sociopolítico- económico estabilizado y competitivo especialmente favorable (a pesar de la tragedia del terrorismo etarra que también se ha cebado en los empresarios vascos).
El carácter emprendedor de los vascos, la capacidad "negociadora- pleiteadora- organizadora" de los vascos, los beneficiosfiscales y el margen de maniobra política y económica que el Concierto les concede, ha proporcionado a los vascos una situación "
privilegiada" en el Estado (la enorme potencia de Eroski, la expansión de las Kutxas, Iberdrola etc. etc.). Su iniciativa les lleva por el mundo pero saben que en casa tienen sus raíces y que, a pesar de los nacionalistas, pueden confiar en el Estado español moderno : les ha defendido en Europa, y ahora ha aportado ya dinero: 150 millones de Euros en la subasta de fondos para liquidez de las kutxas y cientos de millones para la llamada "
Y vasca".
Curiosamente el gran relanzamiento de la industria vasca coincide con el gran revolcón de la economía mundial y con unas elecciones políticas interiores en el próximo mes de marzo en las que el PNV se juega -por desgaste y abuso de poder- el liderazgo al frente de la política vasca.
Las fuerzas nacionalistas vascas están divididas y en descrédito al menos en el exterior (de ahí tantos viajes del lehendakari por el extranjero) por sus implicaciones, su condescendencia o su inoperancia con la violencia etarra y esto, tal vez, puede actuar sobre el electorado. Pero "
el nacionalismo es un refugio contra el miedo". Si se va "
a por ellos" como en el 2001, la gran red de intereses que han sabido crear a todos los niveles se cerrará y volverá a darles el poder: se vive muy bien en el País Vasco. Si los socialistas –la otra fuerza cohesionadora - saben exponer con seriedad y objetividad sus programas modernos y moderados pueden obtener la confianza. Falta por ver qué hará la "
tercera" fuerza que tanto miedo da, si se mira hacia atrás y hacia Madrid.
Una crónica de
J. L. Torres Murillo, autor de "
Vascos / El problema no es ETA / Razones y sin razones de los nacionalismos"