El Gobierno no cree en atentado terrorista contra el ministro del Interior
Un dantesco incendio en el corazón de Ciudad de México
miércoles 05 de noviembre de 2008, 18:05h
En un terrible accidente aéreo, que convirtió en un infierno una céntrica esquina del Paseo de la Reforma, en el corazón de Ciudad de México, perdió la vida el secretario de Gobernación (ministro del Interior) Juan Camilo Mouriño Terrazo, y el secretario técnico del Sistema Nacional de Seguridad Pública, José Luis Santiago Vasconcelos, junto con otros tres funcionarios federales y tres miembros de la tripulación.
"Hasta el momento no se han detectado indicios que permitan formular hipótesis diferentes a las de un accidente", dijo el miércoles el ministro de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez.
Según Téllez, "de las transcripciones iniciales se deduce que la operación se realizaba normalmente dentro de los parámetros establecidos para la aproximación y el aterrizaje".
Además, "las condiciones meteorológicas eran buenas" y "no existió ninguna llamada de emergencia por parte del piloto", que tampoco se comunicó antes del choque con ningún familiar, como sostuvo una periodista en la conferencia.
La prensa local señala que a dos minutos de tomar pista en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el piloto que conducía el Lear Jet con matrícula XCVMC de la Secretaría de Gobernación, alcanzó a reportar una emergencia antes de cortarse la comunicación y estrellarse sobre la ciudad.
La mortífera bola de fuego arrasó vehículos, puestos comerciales y peatones en la exclusiva zona de las Lomas de Chapultepec.
Hasta entrada la noche del martes, las autoridades sólo habían confirmado la muerte del secretario de Estado, del ex subprocurador de la República, Santiago Vasconcelos, de los funcionarios Arcadio Echeverría, Norma Díaz y Miguel Monterrubio, así como del capitán piloto aviador, Julio César Ramírez Dávalos, su copiloto Alvaro Sánchez y la sobrecargo Gisel Carrillo, así como de dos desconocidos atrapados en la conflagración.
Aunque por la magnitud no había una cifra exacta de los decesos, al ser controlado el fuego por los equipos de emergencia se adelantó que la cifra de muertos se elevará considerablemente, pues reporteros, bomberos, socorristas y policías, constataron que entre los restos de cerca de 30 vehículos se encontraban varios cadáveres calcinados.
Las autoridades confirmaron más tarde que se registraron al menos 40 personas heridas, siete de ellas de gravedad.
De acuerdo a la información proporcionada por el contralor aéreo Ángel Iturbe, la aeronave de la Secretaría de Gobernación había despegado sin mayor problema del aeropuerto de San Luis Potosí con dirección a la capital, hasta que se presentó la “emergencia” que alcanzó a transmitir el piloto cuando ya se enfilaba a tomar una de las pistas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Expertos en aeronáutica dijeron que los Lear Jet-45 son aeronaves muy confiables, aunque destacó que las máquinas no tienen palabra de honor, por lo que de acuerdo con los testimonios hasta ahora vertidos respecto a que “se vio como que cayó una bola de fuego”, es posible que hubo una falla muy grave.
“Fue una vibración muy fuerte, como si estuviera temblando. Se iluminó el cielo y se hizo como un hongo”, describió Alejandro Guzmán, empleado de una agencia de publicidad ubicada a tres cuadras del lugar de la tragedia, quien se disponía a terminar sus labores.
El testigo aseguró que varios edificios a la redonda, incluyendo en el que trabaja, fueron evacuados por la cercanía del peligro, pues luego de que el avión se estrelló se convirtió en una bola de fuego que atrapó vehículos, puestos comerciales y personas, desatándose un pavoroso incendio que amenazó durante varias horas con extenderse.