Una mezcla de variedades de viñedo que conjuga la tradición castellana con la calidad de diversas cepas internacionales y una tendencia a hacer vinos cada vez más finos y elaborados son dos de las características que mejor definen los caldos de la Denominación de Origen Vinos de Madrid. Quien quiera acercarse a ellos tiene la mejor oportunidad la próxima semana: el X Salón de Vinos de Madrid.
Recién cumplida la mayoría de edad, la Denominación de Origen Vinos de Madrid se encuentra en un momento dulce. Cada vez es más conocida y, también, reconocida, como lo demuestran los cuatro millones de litros vendidos anualmente y los más de 20 galardones internacionales recibidos en lo que va de año. Todo ello gracias a la "labor muy bien hecha" de las 46 bodegas inscritas en este momento en la denominación, comenta su director técnico, Mario Barrera.
A ganar terreno en el competitivo mundo del vino ha contribuido sin duda llevar el nombre de Madrid, "que es muy potente", afirma Barrera. Lo mismo opina Carlos Malka, el gerente de la bodega Tagonius, una de las más punteras de la región. "La denominación de origen es una apuesta muy buena; la gente nos asocia con el equipo de fútbol, lo que facilita la labor de comercialización", comenta.
La bodega, localizada en Tielmes y perteneciente al grupo empresarial Foxá, recibió a
Madridiario en sus instalaciones, donde pudo comprobar la cuidadosa elaboración de sus caldos. El reto es siempre conseguir el 'vino objetivo', es decir, exactamente el que quieren, explica el enólogo de Tagonius, Luis Güemes. Para ello, es necesario que el proceso esté controlado desde la recolección, que debe hacerse en el momento justo de la madurez del fruto, hasta el embotellamiento sin descuidar ninguno de los procesos de la elaboración, que es cada vez más cuidada.
En Tagonius, se potencia la segunda fermentación de los vinos para convertir los ácidos málicos en ácidos lácteos, más suaves y con una densidad más cremosa. La fermentación maloláctica es una tendencia que -como explica el director técnico de la denominación de origen madrileña- los enólogos no habían cuidado hasta ahora.
Esta tendencia responde al último gran descubrimiento del mundo del vino: el tacto, una cualidad que ha cobrado importancia frente al olor, el sabor y el color en los últimos tiempos, explica Barrera. En ella se fijan los bodegueros de la denominación, quienes según el director buscan vinos cada vez más persistentes y suaves, frente a los estructurados y robustos.
Pero ¿qué características tienen en común los caldos de Madrid? Es un vino mestizo como las gentes de Madrid, que tienen diversas procedencias, ya que se nutre de variedades de vid cultivadas en la zona desde antaño y de otras con origen extranjero. Además, las denominaciones de origen exigen otros requisitos a las bodegas para dar una coherencia común al producto que fijan hasta el volumen de las barricas donde envejecerán.
Para conocer los vinos de la región y sus novedades, la Comunidad y la denominación de origen madrileña organizan el X Salón de los Vinos de Madrid, que reunirá a 22 bodegas en el Hotel Westin Palace a partir del lunes. Además, la Consejería de Medio Ambiente quiere potenciar enoturismo y trabaja en la creación de una ruta que introducirá a los participantes en el corazón de la vitivinicultura madrileña.