Sus Majestades los Reyes Magos apuran las horas anteriores a la Cabalgata trabajando para que ningún niño ni adulto del mundo se quede sin regalo. Sin embargo, Melchor, Gaspar y Baltasar han podido dedicar un tiempo a Madridiario.
Su viaje ha tenido todo tipo de contrastes. Gaspar, cuyo portavoz este año es el concejal Daniel Álvarez, de Izquierda Unida, asegura que el comienzo de su periplo fue muy duro. "Vimos lo que está pasando entre israelíes y palestinos y queremos que se arregle la situación y haya justicia y paz en la zona". Melchor, representado por el concejal Popular Fernando Martínez Vidal, por su parte, asegura que sus Majestades han preferido no arriesgarse para no llegar tarde, "por eso, hemos venido en dromedario, que es más seguro que algunos trenes de algunas ministras".
Sin embargo, al llegar a Madrid han cambiado de transporte. Según el rey Baltasar, personificado por el presidente del Grupo Municipal Socialista, Óscar Iglesias, Metro de Madrid ha habilitado un tren descapotable "para poder meter a los dromedarios en el convoy, porque son muy altos, y así poder pasar por todos los distritos y llegar a todos los niños madrileños para que nos cuenten lo que quieren".
Sus Majestades aseguran que van a tratar de traer a los madrileños lo que les han pedido. "La mayoría de los niños piden juguetes y videoconsolas, pero también les vamos a traer libros", asegura Baltasar. Melchor, por su parte, piensa en los niños pobres y tecuerda que "los chavales tienen que ser conscientes de las necesidades que pasan muchos niños en el mundo, por eso hay que portarse bien y pedir sólo lo que se necesite". Sin embargo, asegura que, para los que quieran un piso, es importante que se fíen de él. Muchos mayores, sin embargo, han pedido en sus cartas cosas más intangibles. "Nos piden que haya más sonrisas, más justicia, más palabras amables", continúa Gaspar, aunque Baltasar le replica: "Bueno, también piden algún capricho".
'Vale por carbón'
Todos comentan que el carbón es sólo para las personas que se portan mal. Pero, según Baltasar, "este año, en vez de carbón, que contamina mucho, vamos a dejar vales de que se portan mal. Así ayudamos a que el cielo de Madrid esté limpio, que hasta ahora está muy contaminado".
A los políticos, los tres Magos en bloque les piden que hagan lo que prometen y que traten así de ayudar a los ciudadanos que representan, sin ambigüedades y con compromiso.
Melchor concluye explicando que la Cabalgata es "una fiesta cristiana y una costumbre muy arraigada entre los españoles. No hay que tomársela como un Carnaval, sino como una festividad familiar y religiosa. Y, por supuesto, disfrutar de ella".
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