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Rajoy: "EEUU es amigo y aliado; es una sociedad con la que compartimos intereses y valores"
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La crónica de la noche electoral, por nuestro corresponsal en NY, David Valenzuela
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Obama: "Se cumplen todos los sueños" | McCain, muy caballeroso, elogia a su rival
LA JORNADA ELECTORAL: PASO A PASO>>
Satisfacción, apoyo y esperanza, son las tres palabras que mejor resumen el sentimiento con que el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha acogido la contundente victoria de Barak Obama en las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos celebradas este martes. El jefe del Ejecutivo compareció a media mañana en la Moncloa para asegurar que se abre ahora “un nuevo periodo de esperanza”, no solo para los EE UU sino también para la EU y la propia España, cuyas relaciones con nuestro país han estado congeladas bajo el mandato de George Bush.
“Obama tendrá en España un amigo y un aliado fiel”, afirmó
Zapatero en el umbral del Palacio, en donde decidió finalmente hacer su primera valoración institucional de la victoria del que será el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos. Sin disimular su satisfacción pero con gesto prudente y contenido, el presidente destacó el
“prometedor horizonte” que a partir de este momento se abre en las relaciones de los EE. UU con España y la UE. Y, por otra parte, enfatizó:
"Quiero que trabajemos juntos, sobre todo en la política sobre América Latina, África y el mundo musulmán".
Una esperanza que, a su juicio, pasa inevitablemente por ampliar el nuevo proyecto de cambio que representa Obama a las relaciones internacionales con todo el mundo. Para ello -añadió Zapatero- el nuevo mandatario cuenta con
“muchos aliados que están deseando colaborar” en los que serán a su entender los principales retos:
“Afrontar juntos la crisis financiera, el terrorismo, los conflictos bélicos, la pobreza y el cambio climático”.
Aunque a primera hora de la mañana Zapatero envió a Obama un telegrama de felicitación en el que califica de
“extraordinaria” su victoria, el presidente del Gobierno comentó que espera tener pronto la oportunidad de poder trasladarle esas felicitaciones en persona aunque matizó es ahora es pronto para determinar cuando podrá tener su primer viaje oficial a los Estados Unidos.
“Estamos en el periodo de valoraciones y tiempo habrá para planificar la arquitectura de las nuevas relaciones”, se justificó, sonriente.
Elogios para McCain
Pero, al igual que felicitaba a Obama, tampoco se olvidó de manifestar su respeto por el perdedor de las elecciones,
John McCain, del que resaltó su
“ejemplar” comportamiento al encajar la derrota comprometiéndose con el nuevo presidente a
“sumar esfuerzos y a arrimar el hombro”, actitud que valoró especialmente porque
“resalta el valor de la política”. Zapatero se quedó ahí y no hizo ningún paralelismo, como otras veces, con el comportamiento del líder de la oposición española,
Mariano Rajoy, del que acaba de recibir el apoyo a sus medidas anticrisis.
Una de los detalles que resaltó Zapatero fue la alta participación que ha habido en los comicios y el
“emocionante” proceso que ha demostrado
“la capacidad de los ciudadanos para cambiar las cosas”.
“Hemos vuelto a ver en las calles la ilusión, la fuerza y la esperanza que representaba la llegada de Obama y eso va a tener su impacto también en las relaciones internacionales”, reiteró en su breve comparecencia. También destacó la
“enorme responsabilidad” que tiene ahora el nuevo mandatario norteamericano para buscar un mundo
“más equilibrado y más justo, con la seguridad compartida”.
El presidente solo contestó a un par de preguntas sobre el tema específico de las elecciones estadounidenses, algo de lo que ya se había advertido a los periodistas. Pero también se había admitido que los corresponsales de la televisión mexicana formularan una pregunta sobre el fallecimiento, en un accidente de avión, del ministro del Interior de este país,
Juan Camilo Mouriño, de padres españoles. Sobre este asunto, y al ser preguntado si podría tratarse de un atentado como venganza por la lucha emprendida contra el narcotráfico, Zapatero fue cauto y se limitó a mostrar su pésame al Gobierno amigo de
Felipe Calderón y a asegurar que no tenía “datos” del accidente.