Entre los de la Memoria Histórica, los pacificadores de todo lo pacificable y aquellos que esperan el Retorno, algo así como la Parusía salvadora del Sistema Financiero Mundial, tengo que deciros, amadísimos, globalizados, megaletileonorisofiados y marxeados niños y niñas que me leéis (Manus incluidos) que otra cosa como que no, pero divertidos lo estamos un rato largo... Y eso no cuesta dineros, sino todo lo contrario... Es algo así como un detallito gratuito, tipo descargas de YouTube o similar.
Mientras el bueno de ZetaPé anda por ahí, ora viajando a China, ora volviendo de ella y haciendo uso del teléfono, intentando que le inviten al akelarre refundador del Capitalismo, aquí, en España, el rojerío asilvestrado su asocia para el retorno ideológico de Karl Marx. Dicen ellos que España necesita el marxismo, esa doctrina económica que se ha pasado casi dos siglos intentado acabar con el Capitalismo y, a lo que veo, con escasísimo éxito. ¿Realmente hace falta Marx? ¿Sigue en vigor aquello que decía: “de cada uno según su capacidad; a cada uno según sus necesidades”? De ser cierto esto último, podéis estar seguros, pequeñines/as míos/as, que Karl Marx nunca se ha ido de España... Basta con recordaros las declaraciones del IRPF. ¿Sí o sí? Pues eso. Que con el impuesto de la renta se paga en función de lo que se gana... Y de ello no nos libramos ni los ricos-ricos... Por más que las desgravaciones (legales y legítimas, mal que les pese a los demagogos) digamos que a quienes más tenemos nos hacen la declaración como mucho más agradable.
Veréis, amadísimos/as de mi paterno corazón, que España nunca ha dejado de ser marxista. Lo que yo os diga. Se es marxista (de Don Carlos) con el sistema fiscal, el de pensiones y los servicios públicos. Pero también se es marxista (en este caso de Don Groucho) con todo lo demás... ¡Ahí es nada!... Groucho Marx siempre está presente en nuestra vida colectiva. Os pongo un simple botón de muestra al hilo de la más rabiosa actualidad. Pongamos que hablo de Baltasar Garzón, el Megajuez Universal... Eso de empapelar a los difuntos es puro surrealismo marxista. No voy a decir que sea una humorada de las buenas, pero digamos que tiene su puntito hilarante y todo. Otra cosa no, pero al magistrado más magistrado de todos los magistrados magistrables de España, hay que reconocerle en esta decisión el animus iocandi.
O sea, que la progresía no pierda el tiempo en volver a poner en vigencia el marxismo. El marxismo ya está bien asentado aquí. Hasta en esto España es el asombro del mundo globalizado. Porque nuestro país es doblemente marxista. De Don Carlos y de Don Groucho. Lo que nos co0nvierte en la oblea bajo palio o así... Otra cosa es que, mediante las oportunas desgravaciones (legales y legítimas, por más que su existencia ponga de los nervios a los