Había pasado la hora punta pero aún eran muchos viajeros los que, entre las 9,30 y las 11 de la mañana, se veían obligados a aguardar más de lo normal la llegada del tren. Una avería de señalización, según fuentes de la compañía, entre las estaciones de Atocha y Chamartín ha provocado retrasos y esperas de hasta 25 minutos, tal y como han asegurado los pasajeros.
Las líneas más afectadas han sido la C-10 y la C-7. Renfe no ha podido precisar el número de trenes afectados ni el número de viajeros, aunque asegura que "no ha sido un número excesivo y que el problema se ha subsanado rápido, en una media hora".
En la estación de Chamartín, algunos trenes permanecieron parados un buen rato, y los viajeros, indignados, resaltaban que aún no habían recibido ninguna explicación. Algunos de ellos iban aún más lejos, señalando que detrás de los retrasos del Metro y de Cercanías "hay una mano negra que quiere que esto no funcione". Un pasajero señalaba que llevaba muchos años viajando en Metro y Cercanías y decía que lo de este último mes "no es normal. Creo que es algo provocado".