El crimen de Mateo, un niño de 11 años en Mocejón, sigue despertando incertidumbre y conmoción en todo el país.
Tras muchos rumores, bulos y desinformación, el lunes por la tarde se detuvo a un joven de 20 años como sospechoso y ha confesado el crimen.
Se trata de un joven español de 20 años que reside en Madrid con su madre, pero se encontraba de vacaciones en la localidad ya que allí viven su padre y su abuela. Según ha trascendido, ha confesado el crimen, aunque entre "delirios" y un relato extraño.
El padre del joven ha informado a las autoridades de que su hijo sufre una discapacidad psíquica del 70%, según desveló 'ABC' citando a fuentes cercanas de la investigación.
La enfermedad estaría diagnosticada y sería de carácter "severo", según ha informado 'El Debate'.
"Lo ha hecho mi otro yo"
De hecho, fueron los agentes quienes pidieron al progenitor estar presente en la detención para que estuviese más tranquilo y no se vulnerase ninguno de sus derechos. Es precisamente en este momento cuando, según el citado medio, el joven confesó el crimen en presencia de su padre.
"Lo ha hecho mi otro yo. He visto cómo me robaba la cara. Tenía mi rostro y mi cuerpo y ha apuñalado al niño, pero yo no he sido".
Un testimonio que, a priori, parece verificar que padece de trastornos mentales. Una condición que podría hacerle inimputable ante la ley, pues es probable que con esta condición no sea consciente de sus actos.
Las cámaras de seguridad le captaron por las inmediaciones del lugar y caminando después del crimen solo por las calles del pueblo hasta la casa de su abuela.
Según las pesquisas y con el testimonio del joven, la elección del pequeño Mateo fue al azar, sin premeditación.
Durante su confesión también señaló dónde arrojó su "otro yo" el arma del crimen, pero los agentes siguen buscándola.
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