Pedro Sánchez, que veranea en la finca de Las Marismillas con su familia, ha recibido este sábado a la canciller alemana Angela Merkel para mantener una reunión de trabajo y compartir el fin de semana en el Parque Nacional de Doñana. Su reunión coincide con la entrada en vigor del acuerdo bilateral alcanzado en materia de migración, según el cual Alemania puede devolver a España los migrantes que hayan llegado a través de nuestro país.
Sánchez y Merkel comparten la importancia de trabajar conjuntamente no solo con las llegadas de migrantes a las costas de Europa sino también sobre un mejor control de los movimientos secundarios, por ello reclaman responsabilidades a los estados miembros de la Unión Europea, para establecer un sistema de reparto justo basado en la solidaridad.
Su respuesta ante la crisis migratoria se basa en tres principios: diálogo y cooperación con los países de tránsito; impulso a la cooperación al desarrollo en los países de origen y respeto a los derechos de los refugiados y migrantes.
Sánchez ha destacado el papel de Marruecos, clave como frontera exterior de España y la Unión Europea, y ha conseguido que Merkel se comprometa a solicitar en Bruselas un aumentos de los fondos destinados al país africano.
Más allá de la política migratoria, Sánchez y Merkel coinciden en abordar una reforma de la Unión Económica y Monetaria, "desde la convicción de que es mejor prevenir que curar". Sánchez ha vuelto a trasladar a Merkel su propuesta de conseguir un presupuesto europeo así como la creación de un esquema europeo de seguros. En la reunión se ha hecho balance de la reciente cumbre de la OTAN, asegurando que "es compatible con la Europa de la defensa y el objetivo de avanzar hacia una mayor autonomía estratégica europea".
Con la invitación de Merkel, Sánchez recupera la tradición de recibir a mandatarios internacionales en Las Marismillas, como hicieron Felipe González y José María Aznar, aunque no fue utilizada para este fin por el ex presidente Mariano Rajoy.