Desde Moncloa se niega la mayor: no ha habido referéndum de autodeterminación. Tal y como ya hiciera a mediodía la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el propio presidente del ejecutivo, Mariano Rajoy, ha asegurado que la consulta ha sido “desarticulada logísticamente” y que se ha presentado “sin ninguna garantía”.
“Hoy no hemos asistido a ninguna suerte de consulta sino a una mera escenificación”, aseguró Rajoy para dar cuenta de sus promesas en relación a que no habría urnas ni papeletas el 1-O. Además, mantuvo que “la mayoría de catalanes sin aspavientos y sin ruido se han colocado en la legalidad” al rechazar participar “del guion de los secesionistas”.
Sin embargo, considera que algunos “han vulnerado los derechos más fundamentales” y que deben volver a la senda de la legalidad. "Esperemos que lo hagan ahora y que no se empecinen en el error, que renuncien a dar más pasos en un camino que no conduce a ninguna parte", insistió.
De esta manera ha emplazado al Govern de la Generalitat a poner fin al procés antes de que se valore la idea de declarar de forma unilateral la independencia de Cataluña y ha circunscrito a sus miembros las responsabilidades. “No busquen más culpables, no los hay”, sostuvo al final de una tensa jornada en la que los miembros de las mesas electorales fueron amenazados con multas de 300.000 euros y hasta 6 juzgados de Cataluña han abierto diligencias contra la actuación de los Mossos d’Esquadra.
Cumbre "sobre el futuro"
Rajoy ha agradecido a los partidos constitucionalistas su "lealtad" contra la consulta secesionista y se ha mostrado esperanzado en que continúe siendo así. Además destacó que el gobierno de Carles Puigdemont sólo ha conseguido "causar un grave daño a la convivencia" e instó a su recuperación.
En esa línea ha manifestado su intención de acudir al Congreso de los Diputados para abordar la cuestión catalana y de convocar a los líderes del resto de formaciones. "Hay que reflexionar sobre un futuro que debemos de afrontar juntos", sostuvo.
Sobre la mesa, una negociación sin puntos del día. "No voy a cerrar ninguna puerta, nunca lo he hecho", aseguró Rajoy prometiendo un diálogo que él mismo calificó de honesto y sincero, en el marco de la ley y la democracia.