Tras meses de calma en el caso de Rafael Amargo, ahora sabemos que la Fiscalía de Madrid pide para él 9 años de cárcel por un delito contra la salud pública por presunto tráfico de drogas.
La Fiscalía cree que el artista vendía drogas en su casa a otras personas de manera "persistente" y que cobraba por ello.
Queda excluida de la petición de penas de prisión su pareja, Luciana Bongianino, que sin embargo, según el juez instructor, también sería parte de las ventas y la acusaba de pertenencia a grupo criminal.
El juez considera a Amargo líder de este grupo que traficaba con drogas, entre ellas metanfetaminas. Cree que las vendía en el piso junto a Bongianino y que empleaban a repartidores a modo de "mulas" para los clientes.
La Fiscalía, con los datos de la instrucción, acusa a Amargo de este presunto delito contra la salud pública y que colaboraban en la trama el productor Eduardo de Santos y su socio Miguel Ángel B..
Los 3 comprarían las mercancías a distintos suministradores y las vendieron a lo largo de 2020, cuando fueron estalló el caso.
Amargo, cuando fue detenido en diciembre de 2020, aseguró a la prensa que no era ningún criminal y que tan sólo consumía drogas para desconectar tras duras jornadas de trabajo, alegando que tiene derecho a divertirse.
"Soy un tío que me gusta la fiesta, divertirme, me gusta celebrar", espetó con orgullo a los periodistas.