Alrededor de una treintena de pasajeros de un vuelo de Air Europa han sufrido contusiones y heridas debido a unas fuertes turbulencias.
El avión cubría el trayecto Madrid-Montevideo, pero tuvo que ser desviado a Natal (Brasil) debido a la fuerza de las turbulencias.
Unos movimientos bruscos que provocaron que los sanitarios tuviesen que atender a más de 30 pasajeros al aterrizar.
De los 30 que han sido atendidos, 7 de ellos fueron ingresados en el hospital en estado grave debido a los golpes.
Las turbulencias son algo relativamente habitual en la aviación, en los últimos años son cada vez más frecuentes y más intensas.
Hace pocas semanas una persona murió por esto en un vuelo de Londres a Singapur y otros tantos resultaron heridos. En marzo atendieron a 50 heridos de un vuelo entre Sídney y Auckland tras precipitarse bruscamente al vacío varios segundos.
Son sólo algunos ejemplos de los sucesos más recientes. ¿Qué está pasando? Los científicos alertan de que tiene que ver con el cambio climático
La relación entre el cambio climático y el aumento de las turbulencias
Según recoge 'National Geographic', varios estudios han certificado que desde 1979 las turbulencias en los aviones han aumentado un 55%.
Esto se debe, según las investigaciones, al cambio en las corrientes de aire derivadas del cambio climático.
Los científicos han detallado que a medida que la Tierra se calienta y el clima experimenta cambios, se están alterando los patrones de las corrientes de aire y las condiciones atmosféricas.
Ante esto las turbulencias se han incrementado y según vaticinan, van a seguir haciéndolo en los próximos años.
Generalmente no son un problema para la seguridad de los vuelos, pero sí generan molestias y ansiedad en el pasaje, pues no son nada cómodas y suelen causar pánico entre los viajeros. Y en casos extremos como los mencionados, pueden provocar graves daños.
Las turbulencias son alteraciones en el movimiento del avión que derivan directamente del estado meteorológico.
Tormentas, corrientes de aire, borrascas....todos los fenómenos atmosféricos pueden provocar su aparición. Y no sólo durante el vuelo, sino también durante el despegue y el aterrizaje.
Con los cambios del clima debido al calentamiento global, las investigaciones sugieren que las corrientes de aire se vuelven más agresivas. Un tipo de corrientes que no están asociadas siempre a mal tiempo, de hecho se producen mucho en cielo despejado.
El aire caliente tiende a subir y, al estar a mayor temperatura, se mueve a gran velocidad, alterando así el movimiento de los aviones.
Este tipo de turbulencias eran menos comunes antes y dado que pueden ocurrir sin nubes ni tormentas ni signos que las anticipen, son difíciles de detectar y pillan por sorpresa en muchas ocasiones; lo que facilita que haya heridos.
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