Continúa la controversia en torno a la presunta mala calidad de los pollos vendidos por Lidl España en sus tiendas, algo que denunció el Observatorio de Bienestar Animal (OBA).
Esta organización publicaba recientemente un análisis independiente y un informe técnico que hablaba de presencia de estrías blancas en la pechuga de pollo comercializada por Lidl.
Este estudio, explica el OBA a Diariocrítico, respondía a un "compromiso de proporcionar información basada en datos para fomentar la mejora continua del bienestar animal y la transparencia en la industria".
Réplica del OBA
Además, respondía al último comunicado de Lidl, donde desmentía que esas estrías blancas sean indicador de mala calidad e incluso de algo nocivo para la salud humana.
En su récplica, el OBA explica que su análisis sí está "respaldado por evidencia científica y criterios ampliamente reconocidos en estudios sobre bienestar animal y de calidad de los alimentos", en contra de lo que argumentaba Lidl.
"Las estrías blancas son un indicador del crecimiento acelerado en aves, una práctica común en la avicultura intensiva que plantea preocupaciones sobre el bienestar de los animales y, en algunos casos, la calidad de los productos", afirma el OBA.
Además, apunta a que hay artículos científicos y estudios que respaldan que las estrías blancas "son una patología que empeora el valor nutricional, la calidad y la textura de la carne: hasta un 224% más de grasa, entre un 7% y un 21% más calorías, 10% menos de colágeno, y hasta un 9% menos proteínas", citando al 'Italian Journal of Animal Science'.
Las estrías blancas
Más allá de esto, insiste en que que la miopatía de estrías blancas estaría "directamente relacionada con las prácticas abusivas y de explotación de las aves en la ganadería industrial".
Según Miriam Martínez, mánager de bienestar animal en OBA: “La venta de pollos de crecimiento rápido o macropollos es un escándalo para los consumidores y consumidoras, altamente concienciados con el bienestar animal y que demandan productos de calidad. Los principales supermercados en España ya se han comprometido a poner fin al uso de estos pollos en su cadena de suministro, pero Lidl continúa sin ninguna política al respecto. La inacción de Lidl hace que, de acuerdo a los indicios, sus clientes compren pollo afectado sin saberlo”.
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