En el mensaje navideño anual dirigido a los ciudadanos, el rey Felipe VI destacó la necesidad de mantener la unidad y la solidaridad como pilares fundamentales para enfrentar los desafíos del presente y construir un futuro más esperanzador.
Durante su alocución, el monarca abordó temas de gran relevancia, desde la tragedia ocasionada por la DANA que afectó a diversas regiones de España, hasta cuestiones como la inmigración, el acceso a la vivienda y la estabilidad internacional.
La DANA
El Rey inició su discurso recordando las devastadoras consecuencias de la DANA, que hace dos meses golpeó con fuerza el este y el sur del país, dejando pérdidas humanas y materiales irreparables. “Las personas que perdieron la vida y los desaparecidos merecen todo nuestro respeto y no debemos olvidar nunca el dolor y la tristeza que han dejado en sus familias”, afirmó con solemnidad.
Felipe VI también destacó cómo esta tragedia puso de manifiesto la fuerza de la solidaridad y el compromiso humano, al mencionar los esfuerzos de vecinos, voluntarios, cuerpos de seguridad y Fuerzas Armadas para ayudar a los afectados.
El monarca resaltó el papel crucial de la colaboración en momentos de crisis, al mencionar que “la ayuda y la colaboración de todos está propiciando que, poco a poco, las más de 800.000 personas afectadas recuperen paulatinamente en su vida cierto grado de normalidad”. Sin embargo, también reconoció las frustraciones y demandas de mayor coordinación administrativa, reflejando las tensiones inherentes a este tipo de situaciones.
El bien común como guía
Uno de los ejes principales del mensaje del Rey fue la importancia del bien común como guía para las decisiones colectivas. En sus palabras, “por encima de las eventuales divergencias y desencuentros, prevalece en la sociedad española una idea nítida de lo que conviene, de lo que a todos beneficia”. Asimismo, subrayó que las instituciones tienen la responsabilidad de preservar y reforzar esta noción, orientando sus acciones hacia el interés general. Felipe VI hizo un llamado al "consenso en torno a lo esencial", un principio que, según él, debe prevalecer sin diluir la diversidad de opiniones que caracteriza a una democracia.
El Rey también abordó cuestiones concretas que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos. En cuanto a la inmigración, la describió como “un fenómeno complejo y de una gran sensibilidad social”, e hizo hincapié en la necesidad de combinar esfuerzos de integración con una lucha firme contra las redes que trafican con personas. A su juicio, la manera en que España y Europa gestionen este desafío será un reflejo de sus valores democráticos y su compromiso con los derechos humanos.
Desafíos domésticos y globales
El acceso a la vivienda, especialmente para los jóvenes, ocupó un lugar destacado en su discurso. Felipe VI instó a los actores implicados a reflexionar y dialogar para encontrar soluciones que permitan a los más vulnerables acceder a una vivienda digna y asequible. Según señaló, “ésta es la base para la seguridad, el bienestar de tantos proyectos de vida. Y realmente podemos hacerlo”.
El Rey también advirtió sobre el complicado contexto internacional, marcado por la inestabilidad y la creciente erosión de principios fundamentales como el derecho internacional y los derechos humanos. Frente a este panorama, defendió la necesidad de que España y Europa mantengan su compromiso con los valores democráticos, afirmando que “Europa -la idea de Europa- es una parte esencial de nuestra identidad compartida”.
La Constitución como referencia
En el ámbito nacional, Felipe VI reafirmó el valor de la Constitución de 1978 como el cimiento del pacto de convivencia que sostiene la democracia española. Hizo un llamamiento al diálogo y a la serenidad en la esfera pública, recordando que “la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no debe impedir escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad”.
El monarca cerró su mensaje con un mensaje de esperanza, dirigiendo palabras de elogio a la juventud española y recordando su papel fundamental en la construcción del futuro del país. También expresó su deseo de que la solidaridad demostrada en los momentos más difíciles, como en las riadas de la DANA, continúe guiando las acciones colectivas.
Felipe VI concluyó deseando a todos una Feliz Navidad, recordando que “la memoria del camino recorrido, la confianza en el presente y la esperanza en el futuro son una parte ineludible, acaso la más valiosa, pero también la más delicada, de nuestro bien común”. Un mensaje que resonó profundamente en un país que enfrenta grandes retos, pero también grandes oportunidades.
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